Detroit Metal City: Humor y rock a la vena

Excelente música y situaciones absurdas es lo que el anime Detroit Metal City tiene para ofrecer. La miniserie de 12 episodios, basada en el manga de mismo nombre, fue estrenada en el año 2008 en Japón. Studio 4°C fue el encargado de dar vida a la historia escrita y dibujada por Kiminori Wakasugi.

Con más de 3 millones de copias vendidas, el manga de 10 tomos, además de ser adaptado a esta serie de OVAs, fue llevado a la imagen real en una película estrenada el mismo 2008. Kenichi Matsuyama fue el encargado de encarnar a Johannes Krauser II, el Rey Demonio, vocalista y guitarrista de la banda de death metal Detroit Metal City.

Argumento

Negishi Souichi es un típico estudiante japonés que se muda a Tokio para ir a la universidad y convertirse en estrella de la música pop. De manera inesperada termina transformándose en Johannes Krauser II, vocalista y guitarrista de la banda de death metal Detroit Metal City, quienes irán formando su leyenda en la escena underground de la música japonesa.

Si bien Negishi no siente afinidad alguna con este tipo de música, su facilidad para el canto y la guitarra lo convierten en el perfecto frontman de la banda. Esto no hará más que causarle problemas en su vida personal, poniéndolo en situaciones hilarantes en cada momento, y dejando en pausa su sueño de ser una estrella del pop.

Análisis y argumento

Primero que todo hay que dejar en claro que Detroit Metal City es una serie para disfrutar, reírse y pasar un buen rato. No tiene más aspiraciones que ello, por lo que esperar una trama excesivamente compleja es un sin sentido total. Pese a ello, cada capítulo “sorprende” en cómo finalizan los hechos y Negishi logra zafar de situaciones incómodas.

El anime está compuesto por 12 episodios de 13 minutos cada uno, lo que lo hace sumamente ligero de ver y disfrutar. Detroit Metal City es ideal para apagar el cerebro un par de horas y apreciar la cantidad de estupideces por las que tiene que pasar Negishi junto al batero Camus y al bajista Jagi.

En lo visual, es interesante como las escenas se van presentado a veces como si fueran las viñetas de un manga. Es decir, cuadros que no ocupan todo el ancho de la pantalla sino más bien que se adaptan al personaje o a la acción como si de un comic se tratase. El diseño de personajes es bastante simple y calcado al manga.

Sin duda la música es uno de los fuertes de este anime. La banda de death metal (que en realidad no es tan death) tiene una serie de temazos, entre los que destaca Maou, mi favorita Mad Monster, y el clásico Satsugai que es usado como opening de la obra. Es tan bueno el tema, que el mismísimo Hyde le hizo un cover junto a Vamps, renombrándolo como Kyuketsu.

Otra de los puntos altos de DMC es la cantidad de referencias a la cultura musical popular. Partiendo por el nombre que es una obvia referencia a la canción Detroit Rock City del grupo norteamericano Kiss. Hilarante es cuando Negishi aparece en un concierto de una banda punk encarnando al mítico Sid Vicious de Sex Pistols.

Interesante también es como la serie toca el tema de los mitos que se forman alrededor de ciertas bandas o fenómenos musicales. Se dice que los miembros de DMC son asesinos seriales y violadores que escaparon de la cárcel para formar el grupo. ¿Cuántas cosas se decían en décadas anteriores sobre bandas satánicas? Incluso en los días de hoy cada tanto salen rumores sobre artistas.

Lastimosamente DMC no está de manera oficial en plataformas de streaming, por lo que una gugleada rápida bastará para verla de manera online y subtitulada.

Nos leemos luego.