Deshacer la ansiedad; de Judson Brewer

Revisamos el libro del psiquiatra Judson Brewer, su experiencia con la ansiedad y cómo trata de dar una orientación hacia donde ir.

Escrito por FanoPetrikov

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Esta nota está escrita a través de la experiencia personal y contiene opiniones totalmente subjetivas.

La ansiedad es una pandemia. Sí, así de concisa es la afirmación, y, alejándonos de los memes y la mirada burda que la popularidad suele darle (entendible frente a la ignorancia del tema), es sin lugar a dudas una pandemia, afecta a muchas personas alrededor del mundo y es probable que en la actualidad, más de 20% del mundo la padezca.

Quien les escribe la padece hace años, de una manera generalizada, y así como muchos, existe una consciencia del diagnóstico y los esfuerzos recurrentes para poder tratar de, en el mejor de los casos, sobrellevarla. Es el sistema completo el que no colabora; más aún: es el sistema completo el que enferma.

Enferma la presión social, enferman las relaciones interpersonales, enferma la economía, enferma la violencia, enferma la inoperancia, enferma la intolerancia, enferma la antipatía y también enferman quienes de ella hacen uso y desuso para diferentes objetivos. Conseguir seguidores, reírse de la situación o hacer coaching. Todo ellos tienen un grado de culpa y perpetúan una pandemia que cada día es más y más contagiosa.

Deshacer la ansiedad, de Judson Brewer

Como trastornado de ansiedad, he buscado múltiples opciones de canalizarla, sobrellevarla y, por qué no, tratar de eliminarla de mi vida. He intentado desde lo convencional (ir al gimnasio o buscar alguna actividad) hasta lo transpersonal.

Judson Brewer sacó este libro a mediados del 2021, y Paidós, de Grupo Planeta, lo trajo al español en marzo del 2022. Cuando leí su título, no me atrajo en lo absoluto, pero como buscador de soluciones, decidí ir por él. Al comienzo, y cuando digo al comienzo hablo de la solapa, sentí un poco de fe al saber que Judson era médico especializado en psiquiatría.

Posterior a ello y después de unas cuantas páginas de presentación, el libro propone datos puros y duros, nos comenta que hablarán desde la perspectiva empírica, de la ciencia y de cómo funciona todo neurológicamente. «¡Al fin método científico!», pensé. Pero no.

Luego de más de 50 páginas introductorias que cuentan con el currículum de Judson, lo “difícil” que ha sido su vida y algunas experiencias personales, aparte de las constantes promesas de que “hablaremos de esto más adelante” o “seremos conscientes de lo científico”, nos encontramos con el mindfulness.

El libro se encuentra repartido en 4, comenzando desde el 0, que aborda lo que comenté anteriormente. Desde ahí se dividen en tres “marchas”, haciendo una analogía a un camino a recorrer. Todas las marchas y los capítulos que las componen se centran en una escasez de datos científicos (o, más que escasos, básicos) y se complementan de experiencias.

Esta forma de “vender” un método, que es básicamente lo que se hace, recurre siempre al estilo coaching, que si bien va más allá de un típico “échale ganas”, se centra un poco más en la forma en que la voluntad. Juega más del 80% del progreso (lo que en una terapia de tomo y lomo sería quizá más efectivo) y el resto va acompañado de analogías que romantizan la forma positiva de ver la vida para quien ignora los factores socioeconómicos, sistémicos o políticos de las personas.

Apreciación personal

De alguna manera, los libros de coaching y autoayuda jamás me han servido del todo. Sí, existen algunos de los que he podido rescatar algo de conocimiento que me permite ampliar un poco el mapa de cómo funciono internamente y cómo esto puede ir aportando en la búsqueda de la sanación.

Aún así, me conflictúa lo comentado anteriormente respecto a ignorar algunos factores de quienes padecen trastornos psicológicos como la depresión, la ansiedad o la bipolaridad. Pues esto, más que ser un aporte, se convierte en una cachetada en la cara que solo logra sumergir aún más a quienes sufren por esto.

El coaching se carga de un positivismo excesivo y una falsa seriedad. No vengo a endiosar a la terapia clínica en ninguna de sus narrativas o enfoques, porque lamentablemente para los científicos, se sigue considerando la psicología como una pseudo-ciencia, pero si eso queda para la psicología, el coaching estaría quedando en los rangos de estafas piramidales.

Me hago responsable de lo que digo porque las personas que padecemos ansiedad, sobre todo su espectro más común, que es la generalizada, estamos sufriendo el día a día y no podemos siquiera tomarnos un té con calma. Es difícil encontrar ayuda, puesto que los terapeutas deben ser cómodos para generar un buen vínculo y asegurar eficacia.

Para ir cerrando un poco la idea, no quiero satanizar los libros de autoayuda y tampoco voy a negar que existen personas a las que realmente les ayuda y acompaña. Incluso, son capaces de darles a su vida un cambio de foco para poder apuntar un poco más a la sanación.

Pero también quiero aclarar que hay que leerlos desde la perspectiva donde las experiencias personales del autor, su realidad, su modo de aplicar el cambio y sus palabras, son solo de él, no de uno, y dependen del desarrollo de este lenguaje para que ejerzan algún tipo de cambio en el lector. Evitar las expectativas, y tratar de buscar en la lectura las respuestas, lo que pueda o no servirnos.

A modo de ser majadero, también recalcar que todo padecimiento psicológico que nos haga sentir incómodos, que nos afecte emocionalmente o que interrumpa nuestros hábitos, debe ser abordado con terapia y, de ser necesario, con una complementación psiquiátrica.