Crítica al cómic chileno Draco-Rax: Recuerdos

Centrados en Draco-Rax, analizamos la obra gráfica de Neuron Comics y su propuesta que recupera los géneros tradicionales de la historieta

Escrito por Orin

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Neuron Comics viene desarrollando un trabajo consistente en el medio nacional, el que tiene que ver principalmente con revisitar géneros tradicionales de la historieta. A pesar de la limitada regularidad de sus publicaciones –situación que no responde a otra cosa más que a las dificultades propias de la autoedición, condición que se ha normalizado en la precaria realidad editorial chilena–, sus obras logran revivir un interés genuino por el suspenso, el terror, la aventura y la acción.

Es cierto, la dupla creativa conformada por John González y Manuel Basulto sólo ha publicado tres títulos entre los años 2018 y 2020; sin embargo, aquello no resta mérito a sus obras. Por el contrario, muestra cierta madurez en relación a que muchas veces, en el ámbito artístico, la paciencia puede convertirse en la mejor aliada al momento de sentar las bases para un proyecto creativo.

En este artículo analizaremos su más reciente publicación, a saber, Draco-Rax. Recuerdos (2020), pero también ahondaremos en su obra inaugural, la saga Numerum (2018-2019) –que en su debido momento fue reseñada en este sitio–. Esto con tal de ofrecer una perspectiva amplia respecto de las ambiciones artísticas con las que Neuron se inserta en el campo del cómic local.

Recorriendo el suspenso y el horror mediante el lenguaje gráfico

En agosto de 2018, Neuron publicó el número 0 de Numerum, un thriller preciso y conciso, muy bien ejecutado narrativamente y que desde ya plantea una postura respecto de los recursos visuales desde donde operará su propuesta. Más allá de la elección del formato blanco y negro, su apuesta radica en narrar a partir de elementos gráficos. (Lee la reseña aquí).

Con una clara influencia del maestro estadounidense Mike Mignola, González y Basulto recurren a las diversas posibilidades de la línea, el achurado, la mancha de tinta, el alto contraste y las relaciones entre llenos y vacíos para componer viñetas de intenso dramatismo.

Si bien es cierto que el dibujo de John González prescinde deliberadamente de una anatomía verosímil, finalmente es un aspecto que pasa a un segundo plano. El entintado de Manuel Basulto, además de dotar de expresividad a las páginas, termina de componer la intención dramática de cada viñeta. Esta conjunción entre los artistas imprime un pathos a la obra que lleva a las y los lectores a sumergirse en el suspenso.

Esta cualidad formal se replica y desarrolla aún más en Numerum Génesis, publicado en julio de 2019. Esta grapa relata el origen de la bestia mutante que atormenta al protagonista del número anterior, y lo hace de manera realmente espeluznante. (Lee la reseña aquí).

A través de sutiles trazos y manchas, la dupla creativa da forma a enigmáticas figuras que, en diálogo con la narración textual, convierten cada viñeta en una inquietante escena a degustar con la mirada. La conjugación entre el lenguaje visual y el texto formula la estética distintiva de Neuron Comics con la que se posicionan, quizás sin parangón, en el medio chileno.

Sin embargo, debemos advertir sobre un asunto importante: todas las obras de Neuron presentan una misma falencia. Numerum y Draco-Rax muestran problemas de jerarquía en la narración visual. Explicaremos este punto en el análisis al segundo título.

Del horror a la acción, pero sin abandonar el suspenso

En septiembre de 2020 fue publicado Draco-Rax. Recuerdos, un proyecto concebido íntegramente por John González (dibujo y guión) y en el que Manuel Basulto trabajó sólo las tintas y la rotulación. En esta oportunidad se sumó una nueva integrante al equipo, Freya Alba, quien colaboró en la redacción –decisión que se agradece y que sube la calidad del producto–.

Portada Draco-Rax (aprobado por el «Comics Code Authority», ojo)

El cómic presenta a pinceladas al protagonista homónimo de una historia contextualizada en el espacio exterior, el que deambula entre naves espaciales y planetas habitados por monstruosos seres. El origen de Draco-Rax se narra en tres momentos. El primero, en una intrigante escena sin pasado, muestra al protagonista siendo cazado por un voluminoso humanoide quien, a través de su parlamento, nos da a entender que Draco es un ser de características especiales, ambicionadas por fuerzas mayores.

Luego de librar de la amenaza, viene el segundo momento en que se nos revela que Draco está bajo la protección de un ser de cualidades semidivinas, que le otorga un misterioso poder y que además le confía la “restauración del equilibrio en el cosmos”. Lo siguiente que sabemos es que el protagonista despierta en su nave espacial, orbitando al planeta Kunt. Ahora Draco luce una frondosa cabellera, lo que sugiere el paso del tiempo, y se aventura a aterrizar en dicho planeta. Así comienza la tercera etapa.

En esta etapa se evidencia la naturaleza heroica del protagonista, pues sin dudarlo salva la vida de una mujer desconocida que perdía una batalla en contra de grotescos humanoides alados. Sin embargo, la aventura no termina ahí, ya que Draco ha sido seguido por aquellos que ambicionan poseer su poder.

En una sorprendente lucha contra una descomunal bestia, el héroe desplegará todo el poder de su espada, su anillo y una serie de artilugios con los que demostrará a sus persecutores que no será tan fácil doblegarlo. Luego, en el epílogo, conoceremos a los malvados seres que están detrás de la intrigante cacería, lo que no hace más dejarnos expectantes de la siguiente entrega.

Con Draco-Rax. Recuerdos el sello editorial se desplaza del horror al género heroico y de aventura con toques de ciencia ficción, pero siempre manteniendo los rasgos característicos de su propuesta, es decir, el suspenso y la expresividad gráfica. De esta forma, queda demostrado que el buen manejo de los recursos narrativos y representacionales puede funcionar para uno y otro género.

Sin embargo, este tránsito entre géneros mantuvo los factores cuestionables de los títulos anteriores. ¿A qué nos referíamos más arriba con “problemas de jerarquía en la narración visual”? Pues lisa y llanamente a la relativa importancia narrativa entre las diversas viñetas que componen una página. Y es relativa porque dicha importancia o jerarquía dependerá de la carga dramática que el o la autora quiera imprimir a cada imagen.

En las obras de Neuron Comics, las viñetas suelen estar apretadas, son comprimidas con tal de exprimir hasta la última gota de las posibilidades narrativas de las páginas. ¿Cuáles son las consecuencias? Que a momentos o situaciones de alta carga dramática no se les ceda el espacio necesario para desarrollarse. Al respecto, atendamos las palabras del maestro Scott McCloud:

Las viñetas de los tebeos fraccionan no sólo el tiempo sino también el espacio, ofreciendo un ritmo mellado y sincopado de momentos discontinuos. Pero el cerrado nos permite conectar esos momentos y construir mentalmente una realidad continua y unificada.


S. McCloud, Understanding comics: The invisible art, 1995, p. 67.

La cita al dibujante, ensayista y teórico de cómics estadounidense, corresponde al capítulo dedicado a definir y explicar el término de cerrado, o sea, “el fenómeno de ver las partes, pero percibir el todo” (p. 63), un concepto al que la dupla González-Basulto no da la debida importancia en ciertas ocasiones.

Si, según McCloud, “la iconografía visual es el vocabulario de los cómics, el cerrado es su gramática” (p. 67), a Neuron Comics se les olvida esa lección y a ratos ofrece páginas de sintaxis plana, restándole poética incluso a las escenas de composición gráfica más elaboradas. Esto desjerarquiza sucesos y muchas veces anula el clímax en la obra.

El emerger de la terrible criatura, ¿no merecía una página completa?

Nada que no se pueda trabajar…

Los títulos analizados en esta nota son absolutamente recomendables y quien suscribe está expectante por leer la continuación de ambas sagas y de la publicación de nuevos proyectos por parte de Neuron. Sin embargo, es de esperar que el equipo creativo mejore los aspectos señalados y que mantenga su lenguaje gráfico tan distintivo.

El consejo es que los artistas reflexionen más la “gramática” de sus viñetas y que proyecten sus historias en series de más números, con tal de no intentar “tirar toda la carne a la parrilla” en un solo volumen y eviten así los problemas detectados. Sabemos, por supuesto, que no siempre las posibilidades editoriales y económicas favorecen a proyectos de largo aliento, pero, como ya se señaló, la paciencia ha sido la gran aliada de Neuron Comics.

¿Qué añora este humilde servidor? Que potencien el suspenso con narraciones más pausadas; que se detengan más en los detalles (aquellos que “abren mundo” y lo enriquecen); y que, cuando llegue el momento de situar a los personajes en escenarios urbanos, Manuel Basulto desempolve la regla T, la escuadra y el portamina, y colabore con John en el diseño de ciudades y locaciones. Hasta el momento han generado una espacialidad orgánica funcional, pero ya es tiempo de añadir arquitectura a los espacios.