Cosas que deberías de ver N°3: The Sadness

Así es, luego de meses de juicios e investigaciones, mi editora ha decidido liberarme de las cadenas malditas que me mantuvieron preso en las instalaciones subterráneas de Comiqueros. ¡Estoy libre! Y para celebrar, les comparto nuevas recomendaciones domingueras.

Sólo para refrescar la memoria: Mi sección está pensada para recomendaciones que puedas disfrutar en tus tiempos de ocio, aburrimiento, con amigos o pareja. Obras que pongan nuevos temas de conversación sobre la mesa, debates, o memes; todas selecciones de mi biblioteca prohibida. No todas están en plataformas, así que he añadido un botón extra en la tarjeta de presentación. Si brilla, sabrás que debes consultarme por Instagram y yo te compartiré un link totalmente oficial y legal —guiño guiño—.

The Sadness: Sacado del baúl de las viejas confiables

Cuando hablamos de entregas creativas, ya sean películas, libros o mangas, existe la idea errada de que ciertos tópicos son fáciles de producir y enlatar. Y aunque de cierta manera, es verdad que algunas empresas han tenido —y de seguro seguirán teniendo—, fases de codicia donde te venderán hasta ropa interior inspirada en tus personajes favoritos, no es correcto suponer que ciertos géneros no tienen nuevas cosas que ofrecer.

The Sadness es la prueba de que aún se puede seguir experimentando con nuevas variantes. Sí, que en el fondo siempre se trata de uno o más personajes yendo del punto A al punto B en un entorno cada vez más hostil. Sin embargo, creo que lo realmente importante es definir escenarios y complejidades que empujen a los personajes a tomar decisiones desesperadas e impredecibles. Al final, los que consumen este tipo de producciones, basan su interés en el mundo y las reglas que lo componen por sobre los personajes.

Desglosando The Sadness

Escrita y dirigida por Rob Jabbaz, The Sadness nos cuenta cómo una variante de la rabia conocida como Alvin genera un brote epidémico incontrolable luego de que las autoridades nacionales decidieran ignorar las alertas sanitarias internacionales y la opinión de expertos en la materia. El virus transforma a las personas en animales violentos y sexualmente activos, matando, violando, y torturando lo que sea que se cruce en su camino. La película es bastante ingeniosa para manipular la imaginación del espectador, optando por escenarios post-catastofre donde uno puede imaginar qué le hicieron al pobre bebé que ahora es una plasta irreconocible de carne e intestinos sobre un coche abandonado.

Entiendo que la sensación de asco y horror ante el gore es subjetiva. Sin embargo, en mi opinión personal; y si tuviera que darle una escala del 1 al 10, The Sadness tendría un sólido 7 en su apartado sangriento. Un número bastante alto para una producción que se puede encontrar en una plataforma de streaming.

Lo bueno: Fresco y sencillo

The Sadness conserva una tradición del cine alternativo, independiente y underground: lo único que importa es la violencia. El origen del virus y su combate quedan totalmente relegados de la trama principal. Los protagonistas no buscan encontrar una cura, o siquiera escapar de la ciudad. No existe el cliché del soldado experto que destaja infectados como si estuviese cortando pan, o de la fortaleza sobre la colina que funciona como último bastión de la humanidad. Todo se centra en el mensaje de que las personas siempre hemos sido, y siempre seremos, agresivos y egoístas.  

La película se desprende de temas que considera innecesarios, creando una historia sencilla y directa que se lleva muy bien con el nivel de gore en las escenas. Fue pensada durante la pandemia, para entretener a gente encerrada en sus casas. En ningún momento pretende ser más de lo que realmente es: una aventura stand-alone.

Lo malo: Intenta comprimir todo el trasfondo al final

En base a lo anterior, la película se esfuerza tanto en que disfrutes del entorno y las escenas de violencia, que olvida construir una trama secuencial. Es como cuando juegas algo donde debes juntar recursos para sobrevivir, evitas usar lo mejor durante toda la historia, y luego revientas al último jefe en dos segundos con una descarga agresiva y sin compasión. The Sadness parece pecar de lo mismo, dejando el poco trasfondo que tiene para el último tramo de la película. Y el espectador llega tan extasiado con el ritmo de violencia, que sencillamente choca contra una pared que no le detiene, pero si le confunde. Dejando una sensación agridulce donde se debe justificar un final tan débil con lo bueno que vimos antes.