Venom: El abismo, poderosas revelaciones para Eddie Brock

Acompañemos a Eddie Brock a vivir las potentes revelaciones que vivirá en Venom: El abismo, segundo tomo recopilatorio que sacó Panini Cómics

Escrito por Yerko Soto

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El segundo tomo compilatorio que Panini LATAM nos trae continúa fielmente la numeración de Venom (2018), cubriendo Venom #07-#12, siguiendo lo que Donny Cates venía trabajando en Venom: Rex (Venom #01-#06).

Recordemos que, en el primer tomo, Cates le da una vuelta de tuerca a todo lo conocido hasta el momento sobre los simbiontes. Dentro de lo más destacable es que Klyntar no es precisamente un planeta, sino más bien una enorme jaula hecha de simbiontes con un único gran fin: mantener cautivo a Knull, dios de los simbiontes, ya que su liberación podría ser el final de todo lo existente.

En Venom: Rex vemos el enfrentamiento entre Venom y Knull. Más bien, su dragón Grendel con una conexión telepática con Knull, en una batalla realmente de proporciones bíblicas la que, lamentablemente, poco servirá para detener a este poderoso dios, pero que, sin embargo, abre las puertas para lo que se viene sobre el tomo del que hablaremos hoy: Venom: El abismo. Dicho esto, vamos al grano.

Soledad

Tras la épica contienda, tanto Eddie Brock como Venom se sacrifican por un bien mayor. Sin embargo, es el simbionte quien sufre la mayor parte del daño, “muriendo” por las graves heridas recibidas. O al menos, eso es lo que nos dejan ver al final de Venom: Rex.

Reed Richards, universo ultimate: «El Creador»

Es entonces que, al iniciar “Venom: El abismo”, tenemos a Eddie Brock encarcelado, confuso y custodiado por Reed Richards del Universo Ultimate, autodenominado “El Creador”, quien con un enorme interés presiona a Brock para que lo ayude a encontrar una muestra del dragón que fue robada de su laboratorio.

Además, descubrimos que nuestro buen amigo Venom no está precisamente muerto, sino más bien con una especie de “muerte cerebral”, y sólo actúa de manera automática para defender a Eddie de posibles ataques, siendo no más que un perro guardián. Un enorme, grande y poderoso perro guardián.

Brock comprende la situación, entiende que por primera vez en muchos años se encuentra solo, totalmente solo. Al dejar de existir la voz de Venom en su interior, lo sabe: necesita al simbionte, es parte de él y hará todo lo posible por recuperarlo.

En la conversación, más bien interrogatorio, Reed Richards nos enseña que los simbiontes van dejando su “huella” en cada uno de los portadores por los que pasan. Esta huella se bautizó como “códice” y existe con el fin de compartir información sobre los huéspedes de manera colectiva y esta no desaparece, ni, aunque el huésped muera.

Un Flash Thompson mamadísimo

Eddie pierde los estribos al descubrir que Flash Thomson está muerto y que El Creador guarda su códice, comenzando una desesperada lucha para escapar de su encierro. Al verse superado decide unir el códice de Thompson a su simbionte “guardián”, reviviendo momentáneamente lo que fue Thompson en su mejor momento.

Ah, de pasada, nos enteramos de un culto extremista encargado de robar esa pequeña muestra del dragón con el fin de revivir al peor psicópata que la historia de la humanidad haya conocido: Cletus Kasady, Carnage.

¡OMFG! ¿revivirán a Cletus Kasady? Lo sabremos en Venom: Desencadenado

Ya con Eddie “libre” y sin saber dónde ir, lo acompañamos en un viaje de autoconocimiento, en el cual su realidad se verá totalmente distorsionada y lo que siempre creyó real, no era más que una enorme ilusión creada con el fin de intentar protegerlo de sí mismo.

Tendremos dos enormes revelaciones que marcarán un antes y un después para Eddie, develaremos su terrible pasado y las brutales consecuencias que tuvieron sus desafortunadas acciones, las que llevaron a la quiebra a su familia y, por si esto fuera poco, sabremos quién es Dylan, el misterioso joven que vive junto a su padre.

No contentos con toda la montaña rusa de emociones y revelaciones que nos deja este tomo, se nos suma también la terrible enfermedad que ataca a Eddie y la encarnizada batalla que vivirá con Venom en su interior.

¡EDDIE! NOOOOOO

Finalmente, para amenizar un poco esta avalancha que Donny Cates nos lanza encima, veremos el gran acto y último regalo que el simbionte entrega a nuestro buen amigo Eddie…

Conclusión

La dupla creativa de Donny Cates, a manos del guion, y Ryan Stegman a cargo del arte, sin dudas han demostrado ser una pareja increíble manejando la nueva realidad de los simbiontes. Un guion sólido y lleno de revelaciones te llevan por una lectura muy rápida y entretenida, sin momentos lentos.

Por su lado, Stegman nos entrega unos dibujos increíbles, llenos de detalles y con un toque de terror delicioso visualmente. Las escenas de batallas donde se encuentre algún simbionte se vuelven extremadamente orgánicas gracias a la biología de estos y se ve reflejado de manera impecable.

Eddie vs Venom…. ¿ni perdón ni olvido?

Definitivamente es una etapa recomendada, más aún si has leído Silver Surfer negro, donde el protagonista (además de Silver Surfer) es Knull. Recomendado; sigan el trabajo de Cates, que está 10 de 10.

Pueden conseguir este tomo por $9.500 en Tienda Panini Chile, sino, recomiendo pinchar aquí y ver encontrar todas las tiendas donde vende la editorial. De más que en alguna se encuentra disponible en caso de no haber stock.

Nos vemos en la próxima reseña: Venom: Desencadenado.