Después del (para muchos) perfecto final de Toy Story 3, pocos pensarían que podría haber una continuación, pero 9 años después Pixar nos sorprendió con una nueva entrega a la aclamada saga que inició por allá en el lejano año 1994. Esta vez la cinta es dirigida por Josh Cooley, quien afirmó en años anteriores que no harían una secuela de la saga hasta que no sintieran que tienen algo realmente bueno entre manos.
En esta aventura nos acompañan nuevamente los clásicos Woody (Tom Hanks), Buzz Lightyear (Tim Allen), Jessie (Joan Cusack) y nuevas y bienvenidas adiciones como Ducky y Bunny (Jordan Peele y Keegan Michael Key), así como Duke Caboom (Keanu Reeves) quien completa un elenco estelar en su idioma original.
Muchos la tildan de innecesaria, pero aquí trataré de explicar el por qué me parece una adición bastante buena a lo que nos trae Pixar, uno de los pocos estudios que se pueden dar el lujo de decir que tienen cuando mucho dos películas no demasiado buenas en su haber (se me ocurren el Gran Dinosaurio y Cars 2).
Mientras la tercera entrega fue el cierre del arco de Andy (imposible olvidar esa escena donde entrega sus juguetes a Bonnie), este filme debe ser tratado como el cierre del arco de Woody, ya que la película se enfoca bastante en su personaje, dejando un poco de lado a los demás juguetes originales, dando paso a las nuevas adiciones, quienes ayudarán a avanzar la trama en la crisis existencial del vaquero, ya que al principio de la historia observamos como Bonnie lo desplaza en favor de los demás juguetes.
En gran parte el éxito de esta cinta radica en la buena personalidad que entregan a Forky, el tenedor de plástico que Bonnie convierte en su juguete y Woody hará todo lo posible para que entienda que ahora no es reciclaje. Buen trabajo el de Tony Hale al darle vida al personaje.
Otro acierto es entender que los juguetes no son para siempre (vamos, que andy los tuviese hasta la universidad es un poco inusual) y desprendernos de ellos es parte de crecer, por lo que el concepto de juguete abandonado realmente no es malo, le da un espíritu de libertad una vez cumplen su propósito y nos lo hacen ver de manera un poco visceral con Gabby Gabby, a quien nunca la quiso su dueña soñada.
A nivel técnico es una maravilla, Pixar siempre mejora sobre sus trabajos de animaciones anteriores, y ya están a un grado de foto realismo que deja anonadado al espectador, junto con detalles de fotografía impecables.
Muchas personas se me han acercado a comentar que esta película destruyó sus infancias con el final, que lloraron bastante con el mismo y que esta cinta desarma lo logrado en Toy Story 3, pero a mi parecer, esta película tiene un final bastante natural y satisfactorio, donde Woody finalmente se reúne con su amor, y el resto de los juguetes siguen con Bonnie, hasta que esta crezca y se repita el ciclo sin fin (con permiso del Rey León).
En conclusión, no me parece innecesaria, de hecho, incluso la segunda podría considerarse innecesaria (esto por dar un ejemplo, porque evidentemente no me parece que lo sea) ya que la primera tiene un cierre bastante bueno e independiente, pero como fanático que siempre he ido con la edad de Andy y fui creciendo con los juguetes, siempre apreciaré aventuras bien hechas de esta saga.