The Mandalorian – Construcción y Actuación

Analizando la ejecución de una serie viva. The Mandalorian y su camino directo al corazón de los fans (y no tan fans).

Escrito por Nicolás

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The Mandalorian, ayayai…nos cautivó, nos encantó, nos entretuvo, nos dio fanservice, tuvo todo lo que un fan de Star Wars quisiera e incluso se planteó desde un lugar tan simple, tan sencillo que funcionó para muchos como su primer acercamiento a la saga.

La serie jugó de local en Disney Plus, y tuvo a su favor todo lo que eso conlleva. Partiendo por el imaginario colectivo de todo un universo ya instaurado en generaciones y generaciones. Toneladas de presupuestos, actores y actrices de de la talla de Pedro Pascal y Rosario Dawson. Incluso teniendo un reparto de directores sumamente interesantes (Taika Waititi es mi pastor, nada me faltará).

Ya se ha hablado mucho de lo que hace grande a The Mandalorian, su simpleza. No pretender ser más de lo que es, no es grandilocuente… paradójico viniendo de una grandilocuente compañía como Disney

Disney arrasando con todo.

Si bien su segunda temporada se atreve a extender más esta faceta con criaturas colosales o entregándonos batallas espaciales con un tono más épico, se puede decir que sigue un lineamiento claro en no complejizarse demasiado para mal

Y es aquí donde se puede profundizar. Porque sí, se sabe y maravilla que The Mandalorian sea una serie «simple». Pero… ¿por qué? ¿Qué la diferencia de los otros proyectos de Star Wars de la última década? ¿Qué es lo que cautiva de lo que llamamos simpleza?

La «Acción» en The Mandalorian

Un término angular que explica todo esto es la acción, pero no el término acción que conocemos, sinónimo de explosiones y Michael Bay, si no en el real significado de la palabra acción.

En el mundo del teatro y el cine, acción es cualquier movimiento o dinámica corporal hecha con una intención. A diferencia de una actividad o un “tic”, un movimiento que no aporta narrativa ni contenido a la situación. 

De esta definición se desprende el verbo actuar, accionar. También se puede caer en lo contrario. Sobreexplotar una metáfora para dejar en claro un concepto puede llegar a opacar el concepto mismo, haciendo de éste una caricatura o ser inverosímil dentro del mundo que la misma obra propone.

Veamos un ejemplo:

http://www.youtube.com/watch?v=_eiDSjXkg8k

Sí, nos acaban de dejar muy en claro que el personaje más musculoso y fuerte de la película es sumamente fuerte y musculoso… Ahora veamos otro ejemplo en donde la acción, del verbo accionar, nos introduce en la situación sin hacer mucho:

http://youtu.be/_qZfx_VEA84

Si bien es mucho menos dinámico en cuanto a ritmo y dejando en claro que ambas escenas están fuera de contexto, la segunda en particular literalmente sin decir mucho nos introduce más en una situación clara: la incomodidad. ¿Cómo lo hace? Sin palabras. Con acciones. Con simples miradas nos deja en claro qué siente uno de los personajes con respecto al otro.

¿Qué conclusión podríamos sacar de todo esto hasta ahora? Simple. En las películas que pertenecen al género de acción, grandes joyas como Die Hard (las primeras se eximen), pasando por Fast and Furious u otras particularmente excéntricas como TransformersRealmente contienen en sí mismas muy poca acción. 

Los personajes pasan mayor parte del tiempo hablando, alardeando sobre qué harán, cómo lo harán, qué les hace sentir lo que pasó, nos comentan, nos dicen, pero como personajes nos muestran muy poco a través de sus acciones físicas.

*aquí quiero dejar en claro que esto no es una crítica al género de acción, Fast & Furious es una película que en lo personal disfruto en demasía, esta es una conversación diferente*

Independiente del género al que pertenezca la saga de Star Wars, que de eso ya existe mucho debate, fantasía, ciencia ficción, aventuras, futurista, de época, etc… En The Mandalorian se actúa, los personajes accionan.

La mayor parte del tiempo los vemos solucionando problemas y no hablando sobre ellos. El camino que recorre Mando es de una dirección… hacia delante, cualquier conflicto aparente se resuelve mayormente por voluntad y acción… por la intención que tienen los personajes de resolver el conflicto, y otras… por el poder de la fuerza.

Incluso en detalles, cada vez que Grogu pide un abrazo entendemos que se siente desprotegido, y los efectos prácticos ayudan un montón. Cada vez que Mando indica el camino con su cabeza comprendemos su complicidad, sin la necesidad de que nos diga «let’s go». Ver a Mando dar caza a un grupo de bandidos aprovechando su entorno, la oscuridad y la geografía, es ver a un cuerpo vivo accionando. Hay una intención detrás de cada acción que ejercen.

A todo esto se le suma, el impecable apartado técnico que va desde el tema principal de la serie hasta un montaje capaz de mantener tensiones, ritmos y estabilidad.

Disney y Lucasfilm la tienen fácil. Es fácil, quizás, hacer la mejor serie del momento con un bolsillo que no deja de acumular dinero. Pero a su vez marca un precedente de respeto hacia la audiencia fanática y al espectador promedio que no se le estaba teniendo en las producciones generales de la compañía. 

Disney, Star Wars y Marvel son máquinas de hacer dinero, el merch&design y la taquilla puede nublar el juicio de cualquier estudio, de cualquier ejecutivo o persona de a pie. The Mandalorian nos demuestra que detrás de todo el capitalismo acaparador de la industria de Hollywood, aún existen directores, directoras, actores y actrices, guionistas que no solo aman Star Wars si no que aún aman el cine

Rinden tributo a él, no solo con fanservice, sino con calidad, intenciones, acciones y decisiones concretas que dan como resultado una serie hecha con mucho cariño (y dinero por qué no decirlo).