The Boys, los superhéroes no mandan

Gart Ennis y Darick Robertson crearon una obra potente y sin pelos en la lengua. The Boys viene a romper todo el estereotipo de cualquier superhéroe normal.

Escrito por Wunderkammer

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Gracias a la llegada de Panini cómics Mexico al país, hemos tenido la suerte de poder encontrar en tiendas un masivo stock de ediciones tapa dura de grandes historias, como es el caso del primer tomo de “The boys”, narrativa que comenzó a publicarse en Noviembre de 2010 bajo el sello Wildstorm hasta el numero 6 para luego pasar desde el 7 a su conclusivo número 72 con Dynamite Entertainment.

Escrita por Gart Ennis y dibujada por Darick Robertson en su totalidad, esta historia habla sobre un grupo de gente motivados cada uno por distintas razones a ponerle un limite a los súper héroes y su desenfrenada vida.

Hay historias que nos establecen ciertos parámetros que marcan un camino o que nos dicen cómo son tal y cuales cosas con respecto al heroísmo, nos definen un sentido por el cual se marca el ser un súper héroe: el poder, la justicia, los ideales. Siempre se nos plantea al héroe como alguien noble y no como un héroe solo por sus poderes, si no mas bien por que decidió hacer algo más, sintió una responsabilidad con los mas débiles, lo que trajo consigo que estos personajes pasaran a ser algo mas dentro de esta sociedad ficticia.

Como concepto, los héroes pasaron a ser prácticamente divinidades, seres un peldaño mas arriba que el común de la gente, lo que trajo consigo que en algún momento en la historia del cómic se planteara una interrogante ¿quien vigila a los súper héroes? Pues en este cómic, Ennis, en su mas puro estilo junto a Robertson nos responden esta pregunta.

The Boys es una historia que parte sobre la base de que a los “súpers” simplemente se les subieron los humos a la cabeza. La fama y el poder trae consigo dinero, el cual trae intereses de por medio; es así como finalmente el súper heroísmo se convirtió en un negocio, y uno bastante rentable y lucrativo para la industria, por ende, ser un héroe ya no se trataba de nobleza o deber, ya no se trataba de ideales o devolverle la esperanza al pueblo, ser un héroe es ser un “rockstar”, en todo el sentido de la palabra.

Este estilo de vida que la gran mayoría de ellos lleva supone de por si un descontrol, básicamente por que no hay nadie con el poder suficiente para controlar a los poderosos y esto mezclado con egos elevados y narcisismo extremo trae consecuencias.

La narrativa comienza cuando, en medio de una batalla entre A-train contra un súper criminal, Robin, la novia de Hughie Campbell, resulta brutalmente asesinada como daño colateral de la situación. Esto provoca que Hughie caiga en una gran depresión y estrés post traumático, que lo hace especialmente ideal para la intenciones de Billy Butcher, quien se nos presenta como un ex CIA encomendado en la tarea de formar un grupo encargado de trazar un limite a las conductas irresponsables, soberbias y descontroladas de estos llamados justicieros.

Estos chicos, por medio de la violencia, las trampas, los engaños y el juego sucio, serán los encargados de establecer un limite a la desenfrenada vida que llevan los súpers, sin importar el costo que esta misión conlleve. El grupo esta decidido a llevar hasta el extremo su tarea: poner a los llamados vigilantes en su lugar, recordándoles que aun trabajan para una nación y que cada paso que den esta siendo cuidadosamente observado.

¿Quién vigila a los súper héroes?

The Boys es la fiel respuesta a este cuestionamiento que genera la comunidad súper heroica: ¿cuándo, cómo y por medio de quién es prudente establecer parámetros y limites con respecto a ser un súper héroe?

Desde el inicio vemos cómo sería la existencia de una comunidad de súper héroes en el mundo, observando cómo el poder se les sube a la cabeza y alimenta de sobremanera el egocentrismo y la apatía, mostrando que volverte un ser poderoso te hace creer muchas veces que estás por sobre los demás, y que tu poder, más que hacerte especial, te hace sentir como alguien superior.

Por estos pensamientos crees que las reglas que te rigen deberían ser distintas, pero nadie nace siendo súper héroe, quizás sí puedes nacer con alguna facultad o habilidad superior, pero el ser un héroe es algo más, algo distinto, es un estilo de vida, un ideal que se adquiere y se trabaja con el tiempo.

En la historia, estos chicos nos muestran que, de cierta manera, son ellos los héroes, no con capas, no con disfraces ni nombres llamativos, incluso sin estar bajo el manto de la justicia idílica o la nobleza, pero sí son los justicieros que la situación requiere, los que están dispuestos a hacer lo que nadie mas puede, los que son capaces de ensuciarse las manos para demostrar su punto: ellos son necesarios, ellos están aquí para vigilar a los justicieros.

Gart Ennis, con un argumento certero y preciso, nos muestra el lado sucio del mundo de los súper héroes, la fama, el poder, el ego, los excesos, la vida sin limites, narrando con un tono de sarcasmo humorístico, repasando los recurrentes clichés que este mundo tiene, mientras que Darick Robertson lleva al papel el morbo que la historia requiere representando de manera muy gráfica los detalles que marcan a un cómic lleno de violencia y comedia negra.

The boys es una historia totalmente atrayente en todo momento, con un guion consistente que nos lleva directamente al punto y con una visual totalmente acorde, llamativa y llena de parafernalia que te hace pedir más con solo mirar cada viñeta. Este cómic nos hace seguir el hilo argumental sin parar, el cual se hace muy ligero de leer y fácil entender, siendo una completa entretención de principio a fin.