Sobre el cuerpo y Antonia Larraín

Ven a descubrir un pedazo de la historia de la influencer Antonia Larraín en su libro; Cuerpo sin vergüenza. ¡Te va a abrir los ojos!

Escrito por Cuarto Literario

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Editorial Planeta acaba de lanzar el primer libro de Antonia Larraín llamado Cuerpo sin vergüenza. Antonia (nacida en 1993) es comunicadora feminista, activista por la diversidad corporal y creadora del manifiesto Tallas para todes. Trabajó como modelo en algunos comerciales y su campaña más importante fue con Dove. Participó en un programa de televisión donde vio cómo se manipulaba la edición para que saliera al aire lo que los editores querían y no cómo sucedían en realidad los hechos. A partir de ahí, comprendió la importancia de informar de forma consciente, y hoy tiene una comunidad en Instagram que suma más de 191 mil seguidores.

Cuerpo sin vergüenza es un ensayo que resulta también una autobiografía. En el libro, la autora traza un mapa de sus inseguridades para criticar el sistema y concientizar a futuras generaciones. Es desgarrador conocer el bullying que sufrió en su adolescencia, la depresión que la acompañó por años, la maternidad temprana, la pérdida de un ser querido y cómo toda la sociedad rechaza los cuerpos gordos.

«No se puede vivir escondiendo tu cuerpo solo porque le incomoda al resto».

La vergüenza y el cuerpo

Aunque a momentos parezca desordenado -y la misma autora lo reconoce en el libro-, cada tema tratado a lo largo de las 168 páginas es importante. El mercado nos ha enseñado desde niñas a tener vergüenza de nuestro cuerpo, esto ha permitido que la industria de la belleza sea el monstruo que es y ha mantenido a las mujeres ocupadas en su apariencia. Al patriarcado le conviene que las mujeres sean inseguras desde niñas.

Es una de las cosas que Antonia busca que se deje atrás, tanto en sus mensajes en redes sociales, como con lo que expone en su primer libro. La autora pasó por un largo proceso de cuestionamiento para llegar a lo que es hoy. El camino no fue ni ha sido fácil. Hasta el día de hoy recibe mensajes odiosos referentes al hecho de que sea gorda, porque todavía se considera la palabra «gorda» como un insulto y no como lo que es: un adjetivo más.

El mensaje de Antonia Larraín

La activista busca que nos cuestionemos, que pasemos por un proceso de deconstrucción para que volvamos a construirnos dentro de un marco diferente. El mensaje de Antonia no es solo a amar nuestro cuerpo con la forma que tenga, si no a que cambie la manera de referirnos a los cuerpos como sociedad.

Este ensayo hace gala a la frase acuñada por Kate Millet «lo personal es político» (la autoría de la frase es ambigua, se usó en la segunda ola del feminismo en las décadas del 60’s-70’s), cuando una habla sobre algo y entonces descubrimos que son cientos de miles las mujeres que están pasando por lo mismo. Porque se nos dijo que la mujer debía circunscribirse al espacio de lo privado, lo doméstico, lo emocional. Entonces no nos atrevimos a hablar, pensando que las experiencias son individuales. Sin embargo, cuando una lo hace, se atreve también el resto y descubrimos que podemos adueñarnos de otros espacios fuera de la casa.

La escritura de Cuerpo sin vergüenza

Como dice más arriba, el libro está un poco desordenado. Pasa por muchos temas y va saltando entre ellos sin un orden claro. Esto ocurre por la necesidad de contar demasiadas cosas y no poder abarcarlo todo. Por lo tanto, hay temas en los que se podría profundizar más y al final quedan más superficiales. Este libro, en todo caso, debe ser leído casi como una autobiografía, en el sentido de que es muy referencial a la autora misma. Ella cuenta sus experiencias y plasma sus pensamientos. Aun así, es tremendamente fácil identificarse con los hechos, reconocer vivencias personales y remecernos (no lo olvides, lo personal es político).

Apreciación final

Es muy necesario que existan libros como éste y que puedan estar al alcance de todos. Probablemente la mayoría de los lectores serán personas que ya siguen a Antonia Larraín. Aunque eso está bien, lo ideal es que llegue a personas distintas, que no conozcan su mensaje. Lo tienen que leer hombres, mujeres, adolescentes, madres y abuelas. A ratos se hace duro cómo se refiere a sus padres, pero ellos sin darse cuenta replicaron el modelo social que existía cuando criaron (y pasa en casi todas las familias). Sus padres siempre la apoyaron y al día de hoy también, sin embargo podrían haber hecho cosas distintas.

Por eso este libro debe ser leído por personas de todas las edades, para que quienes ya tengan hijos grandes se den cuenta de lo que pudieron haber hecho mal y evitarlo para el futuro (con los nietos, por ejemplo). También por adolescentes que quizás lo están pasando mal o ellos mismos están acosando a sus pares. Sin duda un libro necesario de leer.