Reseña: Robin Año Uno

El cómic que nos muestra el origen de Dick Grayson. Robin: Año Uno, nos muestra también los primeros pasos del primer compañero de Batman.

Escrito por Miguel Camus

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En el mundo de los cómics probablemente no exista sidekick más popular que Robin (creado por Bob Kane y Bill Finger), quien desde su primera aparición en Abril de 1941 (Detective Comics #38) ha acompañado al murciélago hasta la actualidad. Y aunque el manto ha sido portado por diferentes personajes, Robin: Año uno, nos muestra los primeros pasos de un joven Dick Grayson, quien es el Robin clásico y más reconocible hasta hoy.

Robin: Año Uno nos presenta una historia sencilla, con personajes clásicos como lo son Two Face, Mad Hatter o Mr Freeze, quienes en la actualidad han sido un punto aparte en los cómics, pero que forman parte fundamental de la mitología de Gotham. Con respecto a esto, una de las cosas más agradables a la hora de leer este cómic es la atmósfera clásica impregnada en cada momento, similar a la que se puede encontrar en la tan aclamada serie de los 90’ (Batman: The Animated Series). Quizás con un tono menos lúgubre, pues se trata obviamente, del entusiasta y colorido joven maravilla.

Dibujo por Javier Pulido y Marcos Martín. Guión por Chuck Dixon y Scott Beatty

La gran figura paterna

Al igual que el joven maravilla, Alfred Pennyworth ha sido imprescindible para el caballero oscuro, siendo uno de sus mejores aliados pero también su gran figura paterna, por lo que resulta conmovedor cómo esta historia es narrada, en gran parte, a través de sus ojos, por su puesto reacios a la posibilidad de que la historia se repita en medio de la cruzada por la justicia a tan temprana edad. A lo largo del cómic veremos varios momentos entrañables en los que el mayordomo es quien se encarga de dar las lecciones, incluso al caballero de la noche.

¿Cómo es crecer bajo el alero del caballero de la noche? 

Si bien esta historia comienza cuando el dúo dinámico ya esta en acción, sabemos que los inicios de Batman como justiciero son oscuros y solitarios, por lo que no es difícil ver la diferencia que la llegada de Robin marca en su cruzada. Es el vínculo que se permite a sí mismo tener, aquel compañero que comparte la tragedia vivida, la sed de justicia, y que le proporciona humanidad incluso en los momentos más oscuros. Todo esto se refleja perfectamente en la historia. Queda claro que Richard Grayson tiene el potencial para ser la mejor versión de Bruce Wayne, y como sabemos en alguna ocasión, llegará a ser merecedor del manto de su maestro. Aún así, también podemos ver como el miedo también esta presente en el pequeño Grayson, a través de viñetas donde el dibujo se luce con creces.

En definitiva …

Robin: Año Uno es un gran y justo homenaje a la calidez, entusiasmo y espíritu que diferencia a Dick Grayson de sus sucesores, y que aplica aún como Nightwing. También representa una oportunidad de ver una versión ya algo olvidada de Batman, ver más tras el antifaz y sumergirnos en el núcleo de lo que más adelante sería la batifamilia. En lo visual, como mencioné anteriormente se apuesta por lo clásico, desde la vestimenta (en la cual, a diferencia de ahora, la tecnología no es protagonista), hasta los orígenes de los personajes, como es el caso de Two Face.

Si adquirimos la edición de Salvat, al final nos encontraremos con un gran detalle para los nostálgicos y más fanáticos del personaje; el primer número en el que pudimos ver al joven maravilla, en el cual podemos darnos cuenta que, a pesar de los años, la esencia de Robin sigue intacta.