Reseña: John Wick Chapter 3

Con la tercera entrega de la saga, John Wick nos deja sin aliento. Interpretado por Keanu Reeves en un papel magistral nunca antes visto desde Matrix.

Escrito por N00BMASTER69

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No es ningún misterio que la tercera entrega de la saga John Wick (que ya me atrevería a llamar de culto) relanzó astronómicamente a Keanu Reeves nuevamente a niveles de popularidad altísimos, quien desde Matrix probablemente no atraía tantos espectadores (obviamente tuvo éxitos críticos entre medio).

La saga nos muestra que los asesinos son lo más común del mundo y se manejan con un credo digno de los de videojuegos, ya que siguen cosas como pactos de sangre o no poder hacer negocios en los hoteles que funcionan como terreno neutro.

Todo esto bajo la dirección de dos dobles de acción como lo son David Leitch (director de Deadpool 2) y Chad Stahelski (fue doble de Reeves en Matrix), aunque por normas de la academia solo Stahelski es acreditado en este rol, mientras que Leitch figura como productor ejecutivo.

La cinta inicia inmediatamente dónde nos dejó la segunda parte, dónde Wick fue extraditado por asesinar a un miembro del consejo frente al gerente del hotel (Ian McShane), cosa que usualmente se penaliza con ejecución, pero como es el protagonista le dan una hora para huir. Al mismo tiempo ponen una recompensa a su cabeza de 14 millones de dólares y queda permanentemente expulsado de cualquier servicio relacionado a este «credo» de asesinos.

Se caracteriza nuevamente por llevar más allá lo logrado en la cinta anterior, ya que es en la que Wick tiene menos herramientas desde el inicio y es mucho más visceral (en los primeros minutos asesina a alguien con un libro y luego con objetos que consigue a la mano en un museo), actos que suscitaban el grito de asombro y emoción en la sala de cine.

Prefiero no spoilear mucho a quienes no han disfrutado la cinta de primera mano, por lo que ahora me dedicaré a hablar un poco de por qué está trilogía funciona y ha atraído a tantos fanáticos.

Acción, acción y más acción

Dentro de lo que cabe, la acción se percibe «realista» ya que John constantemente tiene que recargar, debe buscar armas una vez que se queda sin municiones, cuando lo hieren le duele (no tanto al estilo duro de matar), además de que existe dentro de un universo coherente con reglas establecidas. Pero lo mejor es que nunca quiere ser más de lo que es, nunca desea tener tramas complicadas, diálogos que expliquen todo, ni tramas policíacas que intenten dificultar la vida a los protagonistas.

A esto se le combina la dirección de dos personas que claramente saben cómo lograr un film de acción, con las tomas precisas, coreografía impecable y con guiones sencillos donde la trama se deja llevar sola.

Si en la segunda entrega visitamos Europa, en esta nos llevan a Casablanca, dónde John se encuentra con una ex amiga del pasado, Sofía, la gerenta del continental de Marruecos, quien le debe un pacto de sangre, el cual deberá cumplir a regañadientes, entregándonos una de las mejores secuencias de peleas de toda la saga (incluye perros asesinos).

Keanu Reeves es John Wick y John Wick es Keanu Reeves

Está de más decir que en el estreno de la cuarta parte yo felizmente me dirigiré a una sala a disfrutarla. Es cine de acción perfectamente hecho y el disfrute, en una sala de cine, es infinito.