Las joyas escondidas de DC-Vertigo: Parte III

DC, a través de su sello “alternativo” Vertigo, publicó muchos cómics clásicos pero también algunos relatos infravalorados. ¡Revisémoslos!

Escrito por Claudio Cubillos

Comiqueros.cl » Cómics » Las joyas escondidas de DC-Vertigo: Parte III

Aún cuesta creer que algo como el subsello Vertigo pudo existir en una editorial mainstream como DC. En pleno comienzo de los 90s, títulos como X-Force o Spawn causaban furor, con dibujos hiper estilizados y tramas -a nuestro juicio- simples, que ponían énfasis solo en la acción.

En ese contexto, la editora Karen Berger decidió lanzar toda una linea de cómics que bebían mucho más de la influencia de la escena “alternativa”, que se había gestado en la década pasada de la mano de obras como Love And Rockets, Deadline, Strange Days o Revolver

Por casi 3 décadas, este sello fue hogar de muchos títulos muy sofisticados, que apuntaban a lectores más adultos y que buscaban algo más de lo que se suele encontrar en el tebeo promedio de superhéroes. Obras como The Sandman, Transmetropolitan, 100 Bullets o DMZ se han vuelto clásicos casi obligatorios del noveno arte. Pero, justamente debido a ese océano de calidad, es que también muchas otras obras han pasado mucho más “bajo el radar”, como por ejemplo las siguientes tres historias:

HOUSE OF SECRETS de Steven T. Seagle Y Teddy Kristiansen

House of Secrets era originalmente uno de los varios títulos de antología de terror que DC publicó durante los 70s. El lugar físico, La Casa de los Secretos, ganó prominencia cuando fue usada por Neil Gaiman durante The Sandman, siendo presentada como una localidad importante en el esquema mágico del universo DC. Aprovechando esto, Steven T. Seagle y Teddy Kristiansen reinventaron el título, esta vez como una mezcla de slice of life con terror sobrenatural.

En vez de una antología, el cómic ahora contaba la historia de una complicada veinteañera llamada Rain Harper, quien, tratando de dejar su vida previa atrás, se muda a Seattle. Una vez ahí, entabla una amistad con Traci, una joven vagabunda que le ofrece quedarse en la mansión abandonada donde vive. 

Rain descubre que la mansión está embrujada por un tribunal de espíritus, quienes actúan como jurados frente a la gente que lleva secretos dentro. Rain es elegida como testigo y trata de equilibrar su visión cínica del mundo con su fuerte sentido de moralidad.

El cómic divide su trama entre la vida personal de Harper, en particular su amistad con los miembros de una banda llamada Nightmare of Reason (y el eventual romance con uno de sus miembros), y su deber como testigo en el jurado del purgatorio, donde cada día gente que ha cometido actos “cuestionables”, y que los han guardado para sí mismos, deben encarar las consecuencias de sus decisiones.

Al ser un cómic situado en Seattle durante los 90s, tiene una constante vibra “Grunge”, tanto en los guiones que lidian con temas de alienación y crítica social, como en la estética visual de Teddy Kristiansen. 

ROGAN GOSH de Peter Milligan y Brendan McCarthy

Un autor que prácticamente se volvió sinónimo de Vertigo, fue el británico Peter Milligan. Con su mezcla de influencias literarias, que van desde Arthur Rimbaud a James Joyce, Milligan se volvió un innovador en los cómics postmodernistas. Esto se hizo evidente desde el principio de su carrera, en especial en aquellos títulos en los que colaboró con Brendan McCarthy. Una de esas colaboraciones de su época indie, Rogan Gosh, fue reimpresa por DC en 1994.

Todo lo que le hizo ganar reconocimiento a Milligan y McCarthy está presente aquí. Surrealismo, momentos emotivos, humor negro y, en en general, un deseo de experimentar y desafiar la percepción del lector tanto en los dibujos como en la densa y confusa trama (en el buen sentido).

Todo empieza con una versión alternativa de Rudyard Kipling, el famoso escritor británico. Atraído por su joven sirviente, él cede a la tentación. El escándalo de un hombre inglés corrompiendo sexualmente a un niño es demasiado difícil de manejar, y una tragedia ocurre. Desesperado, Kipling vaga por las calles de New Delhi hasta que llega a la Casa de los Sueños (sin relación alguna con nada de Sandman), un extraño refugio en el que la gente fuma opio y pierde la noción del tiempo.

Kipling sueña con Rogan Gosh, una deidad india que ayuda a la gente y absorbe el mal karma. Pero Rogan Gosh es engañado por un poderoso enemigo y es severamente herido. La muerte es su única alternativa… la muerte y la reencarnación. Así que el alma de Rogan Gosh encuentra un receptáculo aceptable en el cuerpo de un mesero de un restaurante hindú, quien habla con uno de sus clientes. Cuando este mesero es transformado en una nueva reencarnación de Rogan Gosh, todo realmente empieza a enloquecer.

Un cómic realmente adelantado a su época, desde sus protagonistas LGBT hasta el dibujo extremadamente psicodélico de McCarthy. Rogan Gosh es un perfecto ejemplo de una lectura difícil pero gratificante.

BLOOD AND WATER de Judd Winnick y Tomm Coker

Los vampiros, como eterna tragedia gótica, suelen ser reinventados para los tiempos modernos con mucha frecuencia, incluyendo algunas historias con enfoques más urbanos, sobre todo en los 2000s. Pero donde Blood and Water encuentra su fuerte y se diferencia, es en el humor negro

La pregunta de “¿qué harías si de repente tuvieras todas las ventajas de la vida eterna?” tuvo una particular respuesta en la película The Lost Boys: el festejar toda la noche. Blood and Water parte de una premisa similar.

Cuando Adam Heller, un veinteañero enfermo terminal, recibe una segunda oportunidad para vivir de parte de unos amigos chupasangre que sienten lástima por él, llamados Josh y Nicole, éste decide usar su nuevas habilidades para disfrutar de la vida al máximo en un constante hedonismo. Pero el cómic da un giro hacia el horror, cuando Josh es brutalmente asesinado por otra criatura de la noche

Nicole se da cuenta de que convertir a Adam en un vampiro pudo no haber sido muy buena idea. Y tanto esa bestia como además un viejo clan de vampiros, que ven a Adam como una amenaza, terminan persiguiéndolo. Ante esta situación, deberán encontrar una solución lo más pronto posible.

Winnick logra equilibrar un humor muy ácido con el terror sobrenatural, mientras que el arte de Tomm Coker es muy tosco y oscuro, perfecto para la historia. Cabe mencionar que las portadas corrieron de parte de Brian Bolland.