Joyas animadas: El Príncipe de Egipto.

La épica historia de Moisés y como ésta fue narrada convirtió a “El príncipe de Egipto” una obra maestra de Dreamworks.

Escrito por Conejo Lector

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Por lo general, cuando hablamos de clásicos animados, nuestros recuerdos se desvían un poco a películas como La sirenita, Peter Pan, La princesa Cisne o Anastasia. Películas que además de marcarnos, se basaron en cuentos, o en el caso de Anastasia (hasta cierto punto), en sucesos reales.

Así que, ¿por qué no hacer lo mismo con los versículos del Éxodo?

Cuando hablamos de películas religiosas, lo primero que pensamos es en aquellos filmes bíblicos que veíamos, o veían nuestros abuelos. Ben Hur, Barrabás o El Manto Sagrado, son buenos ejemplos.

Estos filmes no se sienten religiosos de por sí, aun cuando hay menciones al Dios hebreo. Esto se debe a que no se basan tanto en la creencia o devoción como otros filmes, sino que lo hacen específicamente en la historia del pueblo hebreo contada en la Biblia.

Pero, ¿puede una película animada basada en la biblia convertirse en un clásico o en una obra maestra?

Antes de empezar es necesario dejar claro que esta nota estará llena de spoilers, para que lo tengan en cuenta aquellos que no han visto el filme.

La dirección, animación y música

El príncipe de Egipto fue lanzada en 1998, siendo una adaptación a los versículos bíblicos del Éxodo. Dirigida por Brenda Chapman, Simon Wells y Steve Hickner, narra la historia de liberación de los hebreos de Egipto por Moisés.

Su reparto estaba conformado por grandes actores, como Val Kilmer (Moisés y Dios), Ralph Fiennes (Ramsés), Michelle Pfeiffer (Séfora), Sandra Bullock (Miriam) y Jeff Goldblum (Aaron).

La idea surgió gracias a uno de los socios: Steven Spielberg, quien aconsejó a Jeffrey Katzenberg hacer una nueva versión de Los Diez Mandamientos mientras estaban en reunión.

Kelly Asbury y Lorna Cook fueron quienes dirigieron un grupo de catorce artistas y escritores, comenzando por diseñar y escribir de a poco los storyboards secuencia por secuencia. Estos debían ser aprobados por Nick Fletcher, quien hizo las ediciones con tal de que se tuviera una noción de la historia antes de empezar a producirla.

Dreamworks se enfocó en la exactitud que debía tener esta producción. Por esto se orientaron con estudiosos bíblicos y teólogos cristianos, judíos y musulmanes para que así el filme fuese lo más cercano a la historia original.

Así mismo, la arquitectura de Egipto fue estudiada cuidadosamente. Además de investigar y viajar al país para buscar un estilo para su diseño,

Se agregaron efectos especiales más que nada ambientales en partes clave, especialmente en escenas como las plagas o la separación de las aguas del Mar Rojo.

Por otra parte la banda sonora estuvo compuesta por Hans Zimmer, mientras que Stephen Schwartz compuso las canciones. Como dato curioso, para aquellos actores de voz que no podían cantar, se contrataron a cantantes profesionales para esta parte.

El Príncipe de Egipto ganó el Oscar a mejor banda sonora y a mejor canción con When You Belive, interpretados por Mariah Carey y Whitney Houston, la cual también fue nominada a los Globos de Oro como mejor canción ese mismo año.

La trama

La historia comienza mostrándonos la esclavitud del pueblo hebreo en Egipto, quienes son sometidos a trabajos forzados y a tratos inhumanos. Específicamente, se nos narra la matanza de los niños hebreos menores a un año

Jocabed, junto a sus dos hijos mayores, deja a su bebé en una canasta para que el Nilo se lo lleve y de esa manera librarlo de la muerte que le esperaba en manos de los soldados. Niño que luego fue encontrado y adoptado por la familia real egipcia.

Nuestro protagonista crece sin tener idea de lo que ocurre con su pueblo real. Lleno de privilegios y sin preocuparse por nada hasta la noche en la cual se encuentra con dos esclavos que dicen ser sus hermanos.

Con esta nueva verdad en su mente, y confirmado de sus propios padres, ahora se da cuenta de la realidad del pueblo hebreo. Dejando de ver a los esclavos como tales, sino como iguales, Moisés es testigo de los maltratos de los egipcios hacia su pueblo.

Tras asesinar a un capataz que maltrataba a un anciano, Moisés escapa de Egipto y luego una larga travesía, se encuentra en un pueblo devoto a Dios, del cual se hace parte. Así establece una nueva vida como pastor y va dejando poco a poco atrás a Egipto.

Sin embargo, una nueva llamada le aguarda. En uno de sus pastoreos, Dios le habla para pedirle que libere a su pueblo, dvirtiéndole que será un desafío poder convencer al faraón.

El viaje de Moisés como libertador

Moisés como protagonista evoluciona de diversas maneras y tiene bastantes conflictos internos que se muestran durante la trama. Su evolución tiene cuatro etapas. Pero para entenderlo mejor veamos como va creciendo a lo largo de su historia.

La primera etapa es cuando Moisés ignora por completo sus orígenes. Dentro del filme, nunca se interesó por lo que le ocurría a los que no fuesen él o su hermano. Ramsés es una parte importante en su vida y la relación entre ambos es estrecha.

En un principio, ambos están metidos en problemas constantemente. Estando juntos en cada uno de los líos hasta el final, y Moisés ayudando a su hermano a superar la dureza del faraón para con él.

La segunda etapa es el enfrentamiento a la verdad. Después del encuentro con sus hermanos biológicos, se siente perdido y confundido. Y descubrir el asesinato de los niños hebreos que su padre ordenó hace que se sienta peor, pensando que todo lo que había vivido no era más que una mentira.  

Escapar es la única forma que encuentra para salir de los problemas que lo atormentan. La parte más simbólica de esto es cuando se encuentra en el desierto y se despoja de casi todas las joyas que tiene como príncipe. Deja de identificarse como egipcio y llega a la tribu en donde por fin encuentra un poco de paz.

Luego viene su tercera etapa, y la más difícil para él: la llamada de Dios para liberar a su pueblo. Aun con todas las dudas y el miedo que tiene encima, Moisés acepta liberar a los hebreos, dispuesto a enfrentarse a la ira del faraón. Sin embargo, le esperan un montón de inconvenientes. En parte, debe enfrentarse a su pueblo, el cual se muestra sin fe por los largos años de esclavitud. Y por otra parte debe enfrentarse a un ser querido para hacer lo correcto: Ramsés.

Aunque el protagonista gana un poco de confianza por parte de su pueblo, no pasa lo mismo con Ramsés. No solo se niega sino que aumenta el trabajo a los esclavos, y fragmenta la relación que tiene con Moisés. Y no es hasta que Ramsés deja ir a los hebreos, que vemos a Moisés en un estado muy frágil. A pesar de conseguir la libertad de su pueblo, la manera en la cual la obtuvieron, la muerte de los primogénitos egipcios y la consecuencia de esto le pesa.

Y por último, la cuarta etapa es cuando Moisés logra sacar a su pueblo de Egipto y deja atrás su pasado. Cuando por fin los esclavos son liberados, Ramsés se arrepiente y ordena buscarlos y matarlos.

Esto da paso a la escena de la separación de las aguas en el Mar Rojo, en donde los hebreos huyen, y por fin son libres. Vemos a Moisés como un hombre centrado, como un guía y líder para mostrarle a su pueblo el camino. Es la conclusión a la transformación del icónico personaje bíblico.

El simbolismo de los hermanos: Aaron y Miriam

Para empezar, tenemos a Aaron. De ambos hermanos biológicos, es el que más evoluciona dentro de la historia que se nos presenta. Es quien intenta impedir que Miriam le diga a Moisés la verdad. Y se entiende el porqué de esto.

Durante muchos años estuvo sometido en la esclavitud y durante gran parte del filme se muestra dudoso con las intenciones de Moisés. Es la representación de la desesperanza, de la pérdida de la fe y la desconfianza que les genera el hombre que antes era un príncipe lleno de privilegios.

Aaron encarando a Moisés

De a poco, la parte reacia de los esclavos termina por confiar en el hombre que intenta liberarlos. Simbólicamente se representa cuando Aaron es el primero en pasar por las aguas divididas del Mar Rojo. Es aquí cuando se demuestra que ha recuperado su esperanza, junto con su libertad.

En el caso de Miriam, es una representación diferente. Fue ella quien vio a su hermano en los brazos de la esposa del Faraón. Vio cuando lo rescataron de las aguas, y por esta misma razón, nunca perdió la esperanza en que un día, su hermano volvería a salvarlos

Miriam y Aaron

Ella es la representación de aquella parte del pueblo que sigue con la esperanza de ser liberados y la última persona en perder la fe en su hermano, aún después de cómo la trató en el encuentro que tuvieron al decirle la verdad.

Ramsés y su decadencia

Por último, tenemos a Ramsés, quien evoluciona para ser el villano de esta historia. La profundización de este personaje es clave para entender el conflicto secundario que tiene la trama.

Como ya lo habíamos dicho, Ramsés es muy importante para el protagonista. Es con quien se crio y además con quien pasaba la mayor parte del tiempo. Ambos se apoyan en todo momento sin importar el problema en el que se encuentren.

Y esto se demuestra en varios momentos en el inicio. En el regaño del faraón hacia Ramsés, en donde destruyen el templo y Moisés pide que le den una oportunidad. Y cuando Moisés asesina al capataz, tras lo cual Ramsés, desesperado por no perder a su hermano, intenta convencerlo que lo protegerá para que no sea castigado.

La ruptura de su relación comienza cuando el protagonista regresa. Ambos se extrañaron y verse nuevamente es un alivio, pero cuando Moisés explica que debe liberar a su pueblo a Ramsés, y le devuelve el anillo, este lo interpreta como el fin de su relación como hermanos.

A pesar de esto, se sigue viendo un aprecio entre ambos durante la noche anterior a la ultima plaga, que es donde Ramsés, sin saberlo, sella el destino de su hijo. Y es que lo que les impide ponerse de acuerdo son sus diferentes perspectivas.

Ramsés, al igual que Moisés, desea que las cosas sean como antes, cuando ambos podían hablar y descargarse. Pero a ambos les pesa, no solo el choque de ideologías, sino las presiones de sus respectivas culturas. Mientras que Moisés tiene encima un pueblo que anhela la libertad, Ramsés no solo tiene un imperio, sino que tiene la sombra de su padre en su mente. Sus regaños y frases que lo hacían sentir inferior al ser el siguiente faraón le han marcado.

Conclusión

A pesar de que no todo lo que se muestra en la película pasó igual que en el Éxodo, y que se toma ciertas licencias creativas, el recibimiento que tuvo esta película fue muy positivo. El mismo filme advierte que lo que se muestra es una reescritura de los versículos. Sin embargo, esto no evitó que fuese prohibida en Malasia y en las Islas Maldivas debido a las creencias establecidas en el Corán de que sus profetas no pueden ser retratados en su religión.

Pero fuera de esto, muchos críticos la consideran como una obra maestra. Una apreciación que abarca tanto en animación, banda sonora, efectos especiales y en el desarrollo de sus personajes. Se considera como una película muy completa.

Una película que marcó una generación completa, y que hasta el día de hoy se le tiene mucho cariño y aprecio. Tanto de nuestra parte como de la crítica.