Hellblazer: Hábitos Peligrosos

De la mano de Garth Ennis y Will Simpson nace uno de los arcos más crudos de John Constantine: su lucha contra el cáncer

Escrito por Galur

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Hoy toca hablar de uno de los cómics favoritos del autor de esta nota, uno donde la ficción que rodea al mundo de Hellblazer abrazó nuestra cruda realidad en una historia donde el bastardo de la gabardina se enfrenta a un miedo que él no sabía que estaba en su interior: el miedo a morir como cualquier otro mortal, indefenso e impotente. Esto es Hellblazer: Hábitos peligrosos.

Como dato, este fue el arco que inspiró la película de 2005 interpretada por Keanu Reeves, con bastantes licencias creativas, pero utilizando aspectos claves de Hábitos peligrosos como eje central. Así como también inspiró la 5ta temporada de DC Legends of Tomorrow, donde Constantine es interpretado por Matt Ryan.

Antes de comenzar con la nota es necesario hacer una pequeña aclaración: la reseña será lo más respetuosa posible en el tema de spoilers, ya que, pese a ser una obra del año 1991, es una de esas historias que merecen ser leídas sabiendo lo justo sobre ellas. Es de esperar que los lectores de esta nota se den ese gusto si aún no han leído este tremendo arco de Hellblazer

Hellblazer: Hábitos peligrosos fue escrita ente 1991 y 1994 por una joven promesa Norirlandesa, Garth Ennis, e inmortalizada en papel por el también Norirlandés, Will Simpson. El arco argumental consta de 6 números, abarcando Hellblazer #41 – 46, publicados entre los años 1991 y 1994, y es considerado una de las grandes historias del detective paranormal.

Historia

Hábitos peligrosos comienza con una premisa que para cualquier persona es bastante fuerte: el protagonista, el infame John Constantine, está muriendo, no por magia negra, no por un enfrentamiento con demonios ni una maldición, está muriendo por fumar dos cajetillas diarias desde los 13 años. Es decir, Constantine tiene cáncer terminal.

A lo largo de los primeros números, el fumador empedernido cae presa del miedo y la desesperación, mostrándonos un lado más humano y menos calculador. Tras recibir la noticia reflexiona sobre la muerte, sobre el hecho de que va a morir como todos, no de una manera sobrenatural o heroica. Las pesadillas con los espíritus de sus “amigos” no lo dejan dormir y, para peor, necesita un cigarrillo. John se da cuenta de que no fue una visita de los fantasmas, él fue a visitarlos a ellos.

Con la muerte sobre sus hombros, el bastardo inglés decide ir a un centro oncológico para ver qué podía depararle su muerte. Es ahí donde conoce a Matt, un hombre con cáncer que no teme a la muerte, sino que más bien la abraza y espera el momento.

Más tarde, en su apartamento, recibe la llamada del doctor, quien está más interesado en la sangre de John (corrompida por el demonio Nergal) que en él como paciente. Esto desata la ira del inglés; el sistema está podrido y no puede hacer nada por él. Pero él es John Constantine, es hora de actuar como tal.

A lo largo de los siguientes números vemos a nuestro antihéroe en una cruzada por su vida que lo lleva por distintas ciudades del mundo, intentando en cada oportunidad sacar un nuevo as bajo la manga para salvar su pellejo. Pero luego de visitar viejos amigos, algunos demonios e incluso seres celestiales, el bastardo de Liverpool decide jugar su último gran truco, el que le salvaría la vida o destruiría toda la existencia.

«Miramos a nuestro amigos crecer juntos y los vemos mientras caen, algunos caen en el cielo y otros caen en el infierno.»

El cómic

Garth Ennis se propone poner en jaque al infame mago, dando como resultado una reflexión completa en torno a la vida, la muerte y el hecho de que si bien sabemos que es algo inevitable, nunca pensamos en ella realmente, solo cuando está frente a nosotros mirándonos con fijeza. A raíz de esto, el mismo guion le da una gran profundidad al personaje, dejando a ratos de lado su cinismo y bravuconería, para mostrarlo como un ser humano frágil y asustado que no quiere morir.

Por su parte, Will Simpson hace un gran trabajo, ya que a lo largo de las viñetas podemos ver distintos estilos de dibujo, incluso llegando a suponer que podrían ser dibujantes distintos, pero que va absolutamente de la mano del guion y de los subtextos que tiene la historia. Vemos en muchas ocasiones a “diferentes” Constantines, algunos más demacrados, otros más repuestos e incluso algunos sin una definición concreta de rostro, siendo esto un reflejo del carrusel de emociones y cambios que sufre el antihéroe a lo largo de la historia.

Conclusión

Recuerdo que cuando terminé de leer Hellblazer #46 sentí como si hubiera descubierto nuevamente al personaje de John Constantine. Pese a que han pasado bastantes años desde aquella vez, eventualmente vuelvo a tomar esos números y me acuesto a leerlos descubriendo en cada relectura una mirada distinta de la muerte misma.

Comiquer@, espero te haya gustado este acercamiento a Hellblazer, te invito de corazón a que lo busques y agregues a tu colección, y si ya lo tienes, date un tiempo y léelo nuevamente. Eso es todo por esta oportunidad, nos leemos en una siguiente oportunidad, y por favor cuídate de tus propios hábitos peligrosos.