Feliz cumpleaños Doctor: los mejores juegos de Reiner Knizia

Hay varias compañías y editoriales que son pesos pesados en el mundo de los juegos de mesa. Devir, Asmodee o Maldito Games son algunas de las grandes empresas del mundo de habla hispana. Sin embargo, pocos diseñadores tienen tanto renombre para ser reconocidos al mismo nivel como el Doctor Reiner Knizia, y más aún, para llenar una lista de «mejores juegos» por si solo.

Con más de 700 juegos publicados en sus 30 años de carrera, Knizia es un símbolo viviente del renacer de los juegos de mesa modernos. Nacido en 1957 en Alemania, Knizia saco una Maestría en Ciencia y luego un Doctorado en Matemáticas. Con estos títulos, estuvo trabajando para una billonaria compañía financiera, hasta que en 1997 se alejo del mundo de los bancos para dedicarse por tiempo completo a los juegos de mesa.

Pero no solo en cantidad se cuenta su obra. Sus diseños lo han hecho merecedor de múltiples premios y reconocimientos, caracterizándose siempre sus juegos por reglas accesibles y un toque matemático. Probablemente has jugado alguno de sus diseños: Llama, el popular juego de cartas, Age of War, el sencillo filler de lanzar dados, o Tigris & Eufrates, un tenso juego de auge y decline de civilizaciones. Para celebrar el cumpleaños de esta enorme figura, vamos a revisar algunos de sus mejores juegos.

The Quest for El Dorado (2017)

The Quest for el Dorado en un símbolo de todo lo que hace grande a Knizia. Un juego fácil de entender, con decisiones simples pero profundas, y mucha diversión. En The Quest for el Dorado, hasta 4 jugadores serán lideres de una expedición que busca ser la primera en llegar hasta la mítica ciudad perdida. Para esto, cada jugador contará con un mazo de cartas lleno de exploradores, turistas y hasta un marinero perdido en la jungla. Cada turno, los jugadores usarán estas cartas para moverse por el tablero generado al inicio de la partida, con cada carta permitiendo atravesar un tipo especifico de terreno. Y después, si el dinero lo permite, agregar nuevos integrantes a la expedición, mejorando el mazo para llegar a la victoria.

The Quest for el Dorado es un juego de deck building y carreras que empaca un kilo de risas en un manual muy sencillo. Cada turno esta lleno de pequeñas decisiones, llenas de riesgo y aventura. El mapa cuenta con múltiples caminos posibles, y nunca sabemos con certeza que cartas saldrán del mazo. Tomar una ruta es siempre una apuesta, confiando que las cartas que necesitamos saldrán en el momento justo. A veces adelantar al rival es clave, pues las fichas de exploradores no pueden ser atravesadas en ningún caso.

Más de una vez, algún explorador estará tapando el camino de sus rivales, inutilizando completamente las cartas del rival. En ese caso, siempre se puede descartar 2 cartas para tener 1 moneda extra al momento de comprar, esperando un turno futuro para tomar la delantera. Sin embargo, los mejores turnos son aquellos donde todas las opciones están disponibles: ¿Que camino tomar hacia la victoria? ¿Jugar todas las cartas ahora para avanzar rápido o ir un poco más lento para comprar mejores cartas? Son pequeñas decisiones, que nunca vuelven a este juego abrumante, pero mantienen la tensión constante durante toda la partida.

High Society (1995)

Un pequeño juego de cartas que reproduce la sensación de ser un millonario frívolo y banal. Algo así podría resumir High Society, un juego de subasta pero con un giro a lo Knizia. En éste, de 3 a 5 jugadores participarán como millonarios en subastas sucesivas por lujosos objetos, suntuosas comidas y maravillosos viajes. Cada una de sus cartas otorgan puntos de victoria al final de la partida, siendo la persona con más puntos la ganadora. Sin embargo, antes de contar la puntuación veremos que jugadore(s) tienen la menor cantidad de dinero. Aquellos que posean los menores fondos son eliminados automáticamente de la partida, sin importar la puntuación que tengan.

High Society combina así la avaricia de la subasta con la tacañería de la alta sociedad. Cada jugador intenta siempre apostar lo mínimo posible, intentando llevar en su cabeza la cuenta de cuanto dinero han apostado el resto para no ser el jugador más pobre. Y esto se complica con la aparición de escándalos, cartas de puntuación negativa en donde todos deben pagar para no llevarse la carta y perder puntos. El jugador que se la lleve finalmente recuperará el dinero apostado, mientras que el resto habrá gastado toda su fortuna para ocultar esa mala prensa.

La guinda de la torta es que el juego se acaba cuando sale la cuarta carta bonus, de las cuales hay 3 buenas y 1 mala en el mazo. Así, nunca se sabe que tan cerca esta del final de partida, obligando a los jugadores a ser cautos con su dinero, pero decisivos con sus compras.

Tigris & Eufrates (1997)

Para muchos el mejor diseño de Knizia, y personalmente un fuerte contendor por ese primer lugar. En Tigris & Éufrates, hasta 4 jugadores luchan por el control de esta antigua zona de Mesopotamia. Para esto, irán colocando losetas de ciudades por el mapa, construyendo y alzando grandes monumentos, y desplegando sus líderes para tomar el control y hacerse con los puntos de victoria. En el juego hay cuatro tipos de losetas y sus respectivos líderes: Agricultura, Comercio, Religión y Gobierno. Teniendo el líder correcto en una ciudad, los jugadores suman puntos a medida que las losetas van entrando en juego. Sin embargo, el puntaje final será el puntaje de nuestra categoría más baja, por lo que los jugadores están forzados a desarrollarse en todas las categorías.

Resumir toda la profundidad de este juego es tarea complicada, pero sus mecánicas, con el sello Knizia, son fáciles de explicar. Cada jugador en su turno buscara agregar una loseta nueva de su reserva o agregar/mover un líder en el tablero. Cuando se agrega una loseta nueva a una ciudad, si hay un líder presente de dicho color el jugador que controle dicho líder ganará un punto en la categoría respectiva. Sin embargo, inevitablemente esto hará que las ciudades vayan creciendo hasta que se encuentren unas con otras.

En ese momento, un conflicto se desatará, pues solo puede haber 1 líder por categoría en cada ciudad. Los jugadores involucrados en el conflicto lucharán, sumando las losetas del color de su líder en la ciudad más las losetas que tengan en su reserva. El líder ganador seguirá en pie y sumará puntos de victoria, mientras que el perdedor será retirado del tablero, junto a todas las losetas de su color en la ciudad. La partida transcurre así hasta que no queden más losetas en la bolsa o queden menos de 2 tesoros en el mapa.

Tigris & Éufrates brilla por la profundidad estratégica y táctica de su diseño. El ganador es la persona que tenga más puntajes en su categoría más baja, por lo que todos los jugadores irán constantemente desplazándose por el mapa, buscando nuevas oportunidades de crecimiento. Esta misma mecánica hace incluso que el conflicto no sea frustrante. Cuando un jugador pierde el control de una ciudad, generalmente ya ha obtenido suficientes puntos de esa categoría. Así, cada derrota es la oportunidad de volver a concentrarse con nuevos líderes en otra parte del mapa, manteniendo el constante flujo de este tablero.

Tigris & Éufrates entrega todas las herramientas para realizar maniobras deslumbrantes, dignas del más alto torneo de Go o Ajedrez. El solo ver una partida ya es un deleite, con las ciudades creciendo, chocando y desapareciendo orgánicamente por el tablero. Y la tensión siempre se mantiene, sin saber que losetas oculta cada jugador en su reserva personal o cuantos puntos llevan. El éxito de Tigris & Éufrates lo ha llevado a tener varias ediciones, pasando por Yellow & Yangtze y el más reciente Huang.

Cuerda para rato

Revisar la ludografía completa de Knizia es imposible en un simple artículo. El doctor no ha parado de publicar juegos, teniendo su casa llena de prototipos en constante desarrollo. En los últimos años incluso ha incursionado en los videojuegos, trabajando en adaptaciones de sus juegos más famosos. Por aquí seguiremos atentos cada lanzamiento, esperando siempre la calidad a la que ya nos tiene acostumbrados el Doctor Reinier Knizia.