Fast & Furious – La primera gran saga de Superhéroes

Cómo es que Universal hizo de Fast & Furious todo lo que hoy conocemos como un universo cinematográfico sin darnos cuenta.

Escrito por Nicolás

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En el año 2001, cuando un joven detective de incógnito junto a un peligroso criminal experto en mecánica automotriz encuentra la llave inglesa del destino, son rociados accidentalmente por aceite para motor radiactivo o mordidos por Bumblebee, adquieren increíbles (y fascinantemente ridículas) habilidades para conducir, además del sagrado poder de la inverosimilitud cinematográfica. Esto es Fast & Furious.

Universal, ya iniciando el siglo XXI, jugó sus cartas en lo que parecía ser un tributo (plagio) a Point Break (1991), la recordada y querida película de Keanu Reeves, sin quizás saber cómo terminaría su franquicia (aparentemente en el espacio, wow).

Desde los Cimientos

Desde aquel inicio, el estudio siguió apostando por Fast & Furious hasta el día de hoy. Convirtiéndola en un icono del cine pop. Una hazaña de producción digna de elogios, en un mundo donde todos los estudios quieren ser Marvel y formar franquicias, sagas y universos. Fast & Furious llegó primero. 

Rápido y Furioso es franquicia, supo convertirse y venderse como tal. Con 8 exitosas películas, una novena ya en camino, y dos más supuestamente para su final. Además de un spin off, dos cortos y una serie animada para Netflix…. ¿En qué momento Universal tejió bajo nuestras narices todo un universo cinematográfico?

Quien escribe no tiene pruebas (pero tampoco dudas) de que Kevin Feige (CEO del MCU y productor de prácticamente todas las películas de Marvel), como el mateo ejecutivo que es, estudió lo que pasaba con las demás franquicias a su alrededor. Porque para ser sinceros, Fast & Furious realmente explotó y se reinventó en su cuarta entrega del 2009, un año después de haber iniciado recién el UCM con Iron Man.

Mientras recién se instalaban los cimientos de la “iniciativa vengadores”, Universal ya estaba facturando hasta el 2050. Mientras Toreto reunía a su dream team de vengadores al volante, con vestigios desde el 2001, Nick Fury recién aparecía en una humilde escena post créditos.

Kevin Feige a finde mes.

Fast & Furious y su cuarta parte vinieron a resetear de algún modo la franquicia. Alejarla de la senda de la película/videoclip y llevarla hacia el lado película de acción arrasadora que es hoy.

En comparación, estas “franquicias” caen en los mismos vicios (cinematográficos o no). Ser una apología a la masculinidad, antagonistas olvidables, situaciones extrañísimas en donde estas mismas fuerzas antagónicas terminan siendo amigos/familia de los protagonistas (Falcon and the Winte Soilder , cof cof), las a veces, confusas líneas de tiempo. Incluso ambas tienen detractores de un sector cinéfilo.

Pero también comparten muchos aciertos (cinematográficos o no, nuevamente). Rodajes exhaustivos, impresionantes, de no creer una vez vista la película. En particular en Fast & Furious, donde priorizan un porcentaje más del presupuesto en lo práctico. Taquillas arrasadoras, one liners, escenas de trailer y por supuesto, la eterna promesa de crecer y algún día llegar al espacio (metafórica y literalmente).

Parques de Diversiones

No las veo. Lo intenté, ¿sabes? Pero eso no es cine. Honestamente, lo más cerca que puedo pensar de ellas, tan bien hechas como están, con los actores haciendo lo mejor que pueden bajo las circunstancias, son los parques temáticos. No es el cine de seres humanos tratando de transmitir experiencias emocionales y psicológicas a otro ser humano.

Martin Scorsese, sobre las películas del MCU para Empire (2019)

Y es que Scorsese tiene razón. Y por supuesto que aplica para Fast & Furious, bajo ningún caso creo que sus palabras sean en desmedro a ningún género. ¿A quién no le gustan los parques de diversiones? Estas sagas/franquicias/universos nos hablan en tono de atracción, es el lenguaje vivo de la entretención cinematográfica puesto en escena. Quizás un lujo que nunca más se podrán dar algunos, sea ver este tipo de películas en 4DX.

Claro que hay excepciones. Logan, Jocker, el mismo Snyder Cut, nos demostró lo cinematográfico que podía llegar a ser el género, incluso hablando en su propia clave. 

Toretto y O’Conner (Vin Diesel y Paul Walker) son los Tony y Steve (Robert Downey Jr. y Chris Evans) de Universal. O los Afleck y Cavil. Los homólogos que en algún minuto sostuvieron o sostienen el peso valórico de sus sagas.

Quizás a estas alturas es ridículo darle algún mérito a Fast & Furious o a otros estudios que no sea el de acumular dinero. Ideas cómo defender lo indefendible se suelen vincular a este tipo de películas. Pero es importantísimo valorarlas por lo que son y lo que intentan, más que por lo que queremos que sean. Fast & Furious puede ser ridícula pero irradia identidad. A la vez que no se aleja jamás de su senda. Algo de lo que quizás podrían aprender sus parques temáticos vecinos.

Universal Orlando, literalmente tiene una tracción dedicada a FF.

Siempre habrá cine para todos y todas. Es cosa de mirar los Oscar de este año, que parecen más un festival indie que el Hollywood clásico de blockbuster. Y eso es bellísimo. Que bueno que vivimos en un mundo donde podemos emocionarnos con Nomadland y luego ir al parque de atracciones a ver a Toretto volar por lo aires. Es importante que exista una industria variada que ojalá se mire a sí misma y vea los aciertos y errores de su competencia.

Por más odiada, popular y a veces olvidable que sea Fast & Furious, tiene muchísimo valor (sobre todo en producción) en haber creado su propio espíritu. Respetándose a sí misma siendo lo que es, no aspirando a ser más que lo que se propone (¡cumpliendo lo que se propone!). Siendo una película de superhéroes, en verdad el cine de taquilla debería repasar nuevamente qué es lo que contiene esta saga, más allá de autos y explosiones.