El terror de los 80 ¿La mejor década?

Jack Torrance, Chucky y Freddy Krueger son parte de una de las décadas más fructíferas para el cine de terror que hasta hoy se recuerda con cariño, los 80.

Escrito por Esteban Beaumont

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El cine de terror pasa por un tiempo difícil, por cada película buena hay el doble de malas. Por cada Midsommar, Get Out, It o Estación Zombie hay una Maldición de la Llorona, Annabelle 2 o Infierno en la Tormenta. Si bien, el género pasa por un alza en materia de fanáticos, no se traduce en la calidad de la mayoría de las películas. La tecnología y el exceso de los llamados Jump Scare han causado un daño al terror.

Explico qué es un Jump Scare antes de seguir: Ves como una persona camina por el pasillo de su oscura casa, al final del pasillo todos sabemos que aparecerá un horrible monstruo de la nada acompañado de un grito estremecedor. El salto que da el espectador es inevitable. Eso es un Jump Scare, la herramienta más básica para causar terror.

Cuando Actividad Paranormal se estrenó, causó un fenómeno que nadie esperaba. La película costo 11.000 USD y recaudo 193,4 millones de dólares. Formula perfecta que fue replicada cientos de veces. Poco presupuesto, efectos bajos, guiones malos y terror fácil, de igual manera se recaudaba más de lo invertido.

Tal vez he estado siendo muy duro, este tiempo igual ha dejado varias películas buenas, pero ¿Es la mejor época del terror? Cuando esta discusión surge hay 10 años que aparecen como principal candidato para llevarse este reconocimiento.

El cine de terror de los 80 pareciera ser maravilloso y llena de películas de culto, acá veremos el por qué y si efectivamente es una década maravillosa.

Una iconografía del terror

Si hablamos de terror inmediatamente hay algunos personajes que se nos vienen a la cabeza, esos que han sido homenajeado miles de veces y venden sus figuras por todas partes. La gran mayoría de estos personajes nacieron o se consolidaron en los 80 y se transformaron en iconos del género.

Desde Jason, quien aterrorizó a adolescentes sexualizados en 1980 a Freddy Krueger, que lo hacía en los sueños en 1984. Chucky transformó las posesiones demoníacas en 1988, pero Christine lo hizo antes, en 1983. Los Gremlins nos dejaron 3 reglas de oro en 1984 y sus primos lejanos, los Critters, en 1986. Hellraiser nos regalaba al villano más sadomasoquista y Aliens era la continuación que los Xenomorph necesitaban, quienes años después se enfrentarían a otro extraterrestre creado en los 80, Depredador.

Como podemos ver son puros referentes culturales que perduran hasta hoy, ninguna otra década logró crear tantas figuras que perduraran en el tiempo como los 80. Todos se convirtieron en algo más que monstruos o villanos de una película.

Ni siquiera las miles de secuelas lograron opacar lo fantástico de los personajes. Cómo serán de importantes para la cultura que la película Freddy Krueger vs Jason fue un éxito de taquilla y uno de los encuentros más esperados. Hoy, el cine, no ha logrado lo mismo. Babadook trascendió en la comunidad LGTB antes que en el mundo del cine, a It ya lo habíamos visto antes (en 1990 no entró en la lista por meses) y Annabelle puede que sea la única figura que realmente haya calado en la iconografía del terror, pero a un costado está el muñeco diabólico.

Calidad, mucha calidad

Pero no sólo de iconos se sostiene los 80. Esta década se destaca por habernos entregados un sinfín de grandes éxitos. The Shining, Poltergeist, The Thing, The Return of the Living Dead, La Niebla, Un Hombre Lobo americano, Evil Dead, La Zona Muerta, Cujo y Pet Sementary son los grandes éxitos del cine de terror de esta época. Algunas de ellas incluso cambiaron la forma de ver el terror.

The Shining es considerada una obra de arte en materia cinematográfica mientras que Poltergeist es considerada como la película que Steven Spielberg dirigió en secreto, usando a Tobe Hooper como pantalla, pero, independiente de eso, la película que salió de esa idea es una que cambió el cine de posesiones (incluso rompió la cuarta pared matando a algunos protagonistas y creando el misterio de la película maldita).

The Thing es la obra que confirmó que los efectos prácticos pueden ser terroríficos y que las películas de terror pueden tener un desarrollo más allá del susto clásico, dejándonos una escena angustiante y fantástica, como cuando quieren descubrir cuál personaje está infectado. The Fly narra no solo la mutación de un hombre, sino que la transformación humana y el amor. Stephen King contó con varias re-interpretaciones de sus libros, La Zona Muerta, Cujo (que King escribió drogado en una noche), Christine, Pet Sementary, etc.

Finalmente, destacamos Evil Dead de Sam Raimi, que no solo nos dio a Ash (hablando de iconos) sino que popularizo el Necronomicón de Lovecraft y se transformó en un clásico del cine por su uso de cámara y la creación de un ambiente terrorífico. Todo lo que vemos hoy de un bosque espeso, niebla y una cabaña terrorífica se lo debemos al bueno de Raimi.

Lo que destaca de todo lo que hemos visto del cine de terror es el efecto práctico. Maquillaje, animatrónicos y sangre por montones por sobre efectos de computadora. Se siente más cariño en las obras y su producción. En un cine lleno de GCI y pantallas verdes, se extraña un monstruo animatrónico con la cabeza de un humano amenazando a unos hombres en la Antártida.

Una gran década para el cine clase B

Antes de que Actividad Paranormal ahorrara en producción, un grupo de películas hizo lo mismo. La diferencia es que no estaban bajo una tutela moral ni un estándar de calidad, esto permitió un sinfín de películas malas y locas terminaran siendo de culto. Hablamos del cine clase B, que tiene como su máximo exponente a Killer Klowns from Outer Space. Desde la primicia, la película es mala, para qué hablar de sus actuaciones o guiones, simplemente patéticos, pero ha envejecido tan bien que hoy es un clásico.

Parecido es lo que pasó con Basket Case de 1982. El hermano siamés de un muchacho es un asesino en serie, el problema es que es una pelota con brazos, poderes telepáticos y una conexión cuando el hermano quiere tener sexo (el sexo es malo, es un consejo del cine de terror de los 80), todo muy turbio. Puppet Master o Bad Taste también sirvieron como catapulta a un sub-género que hoy estaría muerto si no fuera por Rob Zombie y la saga de Sharknado.

Pero la película clase B más importante, tanto por la pieza de culto en que se transformó como por lo que significó para el cine de terror de los 2000 es Holocausto Canibal. Censurada en numerosos países por sus altos niveles de Gore y violencia sexual, adquirió un carácter de película prohibida, lo que hizo que más personas quisieran verla, lógico. La calidad de los efectos prácticos fueron de tal nivel que los juzgados italianos le pidieron al director demostrar que los actores no fueron asesinados de verdad. En materia cinematográfica la película es aplaudida por mostrar una critica a la sociedad moderna, pero también es abucheada por la violencia innecesaria. Inventó el género del falso documental que luego popularizaría Rec y El Proyecto de la Bruja de Blair.

Es difícil definir si los 80 fue la mejor década del cine de terror o es un festín de sangre y nostalgia. Claro que hay películas malas (por más que sea King, Cujo no es la gran película) y es injusto comparar épocas. Hoy hay más cine que en los 80, por ende, más películas.

No hay que buscar un ganador, hay que disfrutar, pero de que los 80 es especial, lo es. Una década que nos dejó un sin fin de iconos, con películas de mucha calidad y otras muy freak.

Para gustos hay de todo.