El odio a Shinji Ikari, el odio a uno mismo

Un breve análisis respecto al protagonista de Evangelion y como la personalidad de Shinji Ikari sobrepasa la empatía del consumidor.

Escrito por FanoPetrikov

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Neon Génesis Evangelion siempre ha sido mencionado como un anime revolucionario en muchos aspectos, no solo en lo propio de su género (Mecha), cargado de robots y pilotos que buscan derrotar a los malos. Sino que su creador, Hideaki Anno, ha conseguido ir mucho más allá, entregándonos una animación con un alto contenido psicológico de manera explícita e implicita.

Esta integración de contenido psicológico, mayoritariamente de la rama psicoanalítica, hace que este anime tenga una doble trama, una dirigida hacia su centro, que es derrotar a los ángeles y salvar a la humanidad, y por otro lado, el desarrollo de su personaje principal, sus conflictos internos y la convivencia con sus pares, entregando una serie cargada de interpretaciones y psicoanálisis.

Ahora, teniendo esto presente, voy a lo empírico. Muchos de mis compañeros y amigos que han visto Evangelion, así como gente en foros y opiniones de RR.SS, han tenido un punto en común, lo desagradable que es para ellos el protagonista, Shinji Ikari. Y las justificaciones han sido muchas, principalmente porque es bastante inestable, muy poco valiente, y demasiado culposo.

Buscamos siempre un personaje que tenga sentido del humor, una confianza personal absoluta y ¿por qué no?, buenos power up a medida que avanza la historia. Pero Shinji no es así, no recibe constantes mejoras de parte de Anno o de Gainax (estudio productor). Lo que podemos apreciar en él, es el avance a la adaptación del ambiente, su desarrollo en niveles introspectivos, donde las miradas y significancias volucionan en pos de buscar la liberación mental y social.

Para finalizar esta introducción e ir por parte, contextualicemos la publicación de Neon Génesis Evangelion. Estudios Gainax aceptó la propuesta de Hideaki Anno para la producción bajo su dirección a finales de 1994. Para Octubre de 1995, el anime estuvo listo y comenzó su emisión, el alto contenido de conceptos religiosos y filosóficos, mezclados con ciencia ficción y la acción del genero Mecha, hicieron que Evangelion se posicionara en los mejores animes de toda la historia.

En variadas entrevistas, su autor, ha explicado que la creación de NGE fue un parto, donde las emociones personales a costa de una depresión por la que se encontraba pasando predominaron en la creación de sus personajes, además de su obsesión con el psicoanálisis y las temáticas judeo-cristianas. Él mismo ha comentado en reiteradas ocasiones que no le gusta ver NGE, pues cada vez que lo hace, logra ver lo peor de sí mismo en algunos personajes.

El psicoanálisis en Evangelion

Las teorías psicoanalíticas tienen sus bases en la neurociencia y la biología. El neurólogo Sigmund Freud a lo largo de su carrera, se dedicó a estudiar y fundamentar el psicoanálisis, dándonos a conocer aspectos intrapsiquicos de los seres humanos que jamás hubiésemos imaginado en la época, independiente de lo acertado o no de su teoría, nos abrió un abanico de posibilidades para el estudio de la mente, el ser y los apegos, pero si algo lanzó esta teoría a su viabilidad, fue el concepto del inconsciente.

Dentro de la teoría del inconsciente, existen tres aristas, que dentro de NGE han sido aplicadas a las personalidades de sus personajes. El “Ello”, parte más salvaje del inconsciente (ICC) que se encarga de la impulsividad, el apetito sexual (libido) y las áreas más narcisistas de la personalidad, leyendo estas características, podemos encontrar a nuestra querida Asuka Langley.

Por el lado opuesto, encontramos el “Super Yo”, sección mejorada del “Yo”, quién es la moralista, la obediente, la que trata de hacer las cosas de manera correcta y se centra en tener una mirada más pausada y racional de las cosas, lo que nos conduce inevitablemente a la introvertida Rei Ayanami.

Por último, tenemos el “Yo”, quién según las teorías psicoanalíticas, se encuentra en el medio del “Ello” y el “Super Yo”, buscando constantemente el equilibrio en la mediación de lo impulsivo y lo correcto, tratando de mantener la homeostasis mental para no explotar ni liberar la energía contenida. El “Yo”, es la punta del iceberg, el que más contacto tiene con la realidad y con la sociedad, el encargado de absorber traumas y recuerdos, lo más consciente y humano que puede tener la personalidad. Acá, justo acá, es donde posicionamos a Shinji Ikari. Y donde comenzamos a entender su personalidad.

Traumas, depresión y humanidad de Shinji Ikari.

Probablemente, sea Shinji Ikari el personaje más humano que podremos encontrar en algún anime. Pero, ¿qué lo hace así?

Las estructuras de personalidad se forjan en la psiquis humana hasta los 18 años de edad. Esta construcción está definida por los aconteceres que viviremos a medida que crecemos, es por ello que tenemos que considerar algunos puntos. Primeramente, Shinji ha tenido unos padres ambivalentes, tenemos por un lado a Gendo Ikari, totalmente castigador, la imagen bíblica del narcisismo maligno, y por otro lado a su madre, Yui Ikari, quién en sus pocas apariciones en la serie, nos muestra que es una persona bondadosa, que se apega a su hijo y le habla constantemente de lo bueno que puede llegar a ser.

Es cuando el primer evento importante aparece, la muerte de su madre marca un antes y un después en Shinji, perderla a temprana edad genera su primer desapego. Pero no siendo esto suficiente, el abandono de su padre, refuerza la crianza en un apego inseguro y totalmente desorganizado. Frente a esto, debe buscar la forma de adaptarse a la sociedad, pero es innegable que el pensamiento de culpa y la forja de una estructura depresiva sea inevitable.

Es por esta formación de estructura, que Shinji tiende a ser condescendiente con los demás, podemos notarlo en sus constantes disculpas cada vez que siente que ha hecho algo mal,  en la baja libido que presenta frente a las incitaciones y sexualizaciones de sus compañeras de casa y en la insistente búsqueda del cariño del padre, tratando de obedecer y buscando que se sienta orgulloso de su actuar.

Junto con esto, podemos ver otros aspectos de su personalidad. Shinji es resiliente, ha estado toda su vida en un ambiente hostil, y desde el capítulo uno que se ve sometido al estrés. La carga de ser un piloto y salvar a la humanidad de algo que está lejos de su entendimiento es un ejemplo de ello, aun así, es capaz de sobreponerse. Independiente de lo anterior, no pierde su humanidad, no deja de ser una persona que cuestiona sus problemas, con una altura de miras filosófica.

Sus primeros contactos con la empatía comienzan en el capítulo 5, con el apoyo de sus compañeros de clases, logra entender que pertenece a una familia, aunque sea con una tutora, y desde ese episodio, se nota una evolución en su convivencia doméstica.

Respecto al EVA, todos sabemos el porqué de su capacidad de alineación con el robot, pero más allá de eso, notamos que dentro del EVA, Ikari cambia un tanto su personalidad, pues la simulación del útero, hace que nuestro protagonista logre tener más seguridad, volviendo a la teoría materna de su necesidad de resguardo, debido al quiebre en sus apegos.

También podemos ver que Shinji le tiene aprecio a la vida, valora lo que tiene constantemente y no deja de hacer lo que le gusta, como tocar el violonchelo. Además, se puede apreciar que en la primera deserción que tiene con NERV, vaga por la ciudad, rondando lugares peligrosos, pasando la noche fuera de casa y sentandose cerca de un acantilado, podemos entenderlo como la búsqueda de la muerte, pero sin la decisión del suicidio, nuevamente, notamos lo resiliente que es.

Odio a Shinji Ikari, el odio a uno mismo. Un mecanismo de defensa

Ahora, lo importante, ¿Por qué a muchas personas les causa rechazo Shinji Ikari, al punto de odiarlo como personaje?

La respuesta pareciese ser simple, pues, es demasiado humano para un anime tan trascendental. Asuka debió ser siempre la mejor piloto, tenía la personalidad, iniciativa e inteligencia suficiente para ser la protagonista, pero no. El protagonista fue Shinji, porque en un mundo de ángeles, dramas bíblicos, robots mitad biológicos y conspiraciones de organizaciones mundiales; Shinji es el cable a tierra de la serie.

Las personalidades desarrollan mecanismos de defensas que, de alguna manera, nos mantienen al margen de lo que no es grato para nosotros, muy conocido es el mecanismo de proyección, donde las personas dicen de otras lo que les sucede a ellos. Así mismo, con Shinji nos suceden mecanismos neuróticos, donde reprimimos la empatía con el personaje en post de racionalizar la serie. No podemos aceptar que en un mundo como el anime mecha, donde todo es acción, consigamos ver a personajes que son como nosotros, en niveles empáticos que sobrepasan la emoción y las lágrimas, consiguiendo mostrar la cruda realidad que vivimos como seres humanos a la hora de sentirnos rechazados, poco queridos y muy frustrados.

Es difícil encontrar personas que sean capaces de hacer un trabajo introspectivo lo suficientemente fuerte, como para estar dispuestos a ser mostrados desnudos y desenmascarados, donde lo peor de nosotros aparece, y tener que aceptarlo. Shinji es el reflejo de la humanidad negando lo negativo, es la muestra del yo sufrido y no desarrollado, que busca la comprensión y la compasión en un mundo donde no la hay, porque la empatía se fue con el segundo impacto.

Shinji y su tristeza.

En el mundo de Evangelion, todo se está cayendo a pedazos, ya un segundo impacto mató a tres tercios de la población mundial, y, aun así, los humanos que quedan, siguen conspirando en la búsqueda del poder. Es un mundo agresivo, donde todos los días muere gente, mueren ángeles y no sabemos si cada vez que se sube al maldito robot, volverá sano y salvo.

La tristeza precede a la felicidad, en la misma serie, se comenta que quién no conoce el verdadero dolor, no es capaz de sentir si quiera un poco de felicidad. Shinji se da el espacio suficiente para reflexionar su dolor y su tristeza, sin embargo, no será hasta “The end of Evangelion”, que lo veremos llorar. Antes de eso, tenemos a un personaje que se rechaza a si mismo, reconoce sus debilidades, no se defiende de los ataques físicos y no sabe qué hacer cuando Misato llora a mares sobre la mesa, reflexionando “no sé qué decirle, soy solo un niño”. Shinji es más fuerte de lo que parece. Independiente de todo, dentro de tanto sufrir, entendió que “él era él” y que nadie más podía serlo, el power up de Ikari es la aceptación. Citando a «La Torre Oscura», Shinji es lo que Stephen King llamaría, “El único hilo bueno en un mundo deshilachado”

Es normal entristecerse cuando sientes el abandono de los demás, usual sentirse un inútil cuando no sabes cómo actuar ni qué hacer en ciertas circunstancias, lógico que grites si no sabes controlar una situación y te ves sobrepasado, no es nada extraño aislarse para pensar en la vida de uno mismo, está bien llorar si sientes que debes hacerlo, es común que la gente sienta malestar con sus propios defectos. No es tu culpa que otros no sepan valorar lo que realmente eres. Está bien sentir tristeza.

La tristeza de Shinji Ikari, es la tristeza de todos.