Dark Souls III – De regreso al pasado

Con Miyazaki de vuelta en la dirección, Dark Souls III trae de regreso muchos elementos del primer título para crear el juego más sólido de la saga.

Escrito por J Martínez

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Los AAA en los últimos años han tenido la mala costumbre de quemar sus ideas por entregar muchos títulos en un corto periodo de tiempo. El mejor ejemplo de esto creo que es Resident Evil, saga que sufrió de una pérdida de calidad enorme entre su cuarta y sexta entrega. Tanta fue la «decadencia», que la franquicia quedó congelada durante unos años. Lamentablemente, hoy está haciendo lo mismo, debido a los 2 Remakes que han salido en menos de un año, con miras a un tercero para el 2021.

¿Le ocurrió lo mismo a Dark Souls? Con 2 entregas en 2 años (3 si contamos Bloodborne… y todos contamos Bloodborne), pareciera que la saga se va quedando sin ideas frescas, repitiendo mecánicas tal como el ciclo del fuego y la oscuridad se repite en su mundo. A pesar de que Dark Souls III es, sin dudas, el juego más sólido de la trilogía, no puede evitar sentirse como más de lo mismo… la diferencia es que cuando algo es excelente, «más de lo mismo» no suena tan mal.

[su_note]Nota: Inevitablemente, se compará Dark Souls III con sus dos entregas previas, por lo que recomiendo (si no lo han hecho) revisar las notas que le hicimos tanto a Dark Souls como a Dark Souls II.[/su_note]

Bienvenido a Lothric, el lugar donde converge… ¿Lodran?

Visualmente, Dark Souls III es increíble. A diferencia de lo que pasó en la segunda entrega, esta vez sí se nota (mucho) la mejora gráfica. Absolutamente todo tendrá un nivel de detalle genial, ayudando un montón a la clásica forma de narrar de la saga. Pero, a mi parecer, lo mejor de este aspecto, son los efectos visuales. Enfrentarse a enemigos con espadas imbuidas es un espectáculo para los ojos y ayuda a que la epicidad suba a niveles altísimos.

Pero a nivel de diseño de escenarios… todo es demasiado familiar. Probablemente tenga que ver con la vuelta de Miyazaki, pero los niveles a veces se parecen demasiado a los de la primera entrega. Claro, esto no tiene porqué ser malo, pero hace que salga a la luz un debate que ha rodeado al juego desde su lanzamiento: ¿es todo esto solo fanservice? Quizás lo es. Si es así, a veces lo hace bien y otras veces… no tanto.

Y es que en el mundo de esta entrega vuelve la decadencia en todo su esplendor. Cuerpos tirados por todos lados, dragones muertos adorados por cultos, construcciones destrozadas en escenarios tóxicos, etc. La iluminación, como forma de belleza, estará ausente en muchos escenarios. La mayor excepción a esto es el Pico del Archidragón que, a pesar de estar iluminado y soleado, sigue siendo un lugar en decadencia.

Todo esto contrasta de sobremanera con el diseño de escenarios de la segunda entrega, en donde había más de un nivel iluminado y esperanzador; lugares que te hacían sentir que valía la pena extender la duración de la llama para «salvarlos». En esta ocasión… esto no ocurre, por lo que el primer final probablemente no tenga demasiados devotos.

Vuelve Miyazaki; ¿de regreso a Dark Souls I?

La vuelta del director trae consigo el regreso de muchas cosas buenas que se habían «perdido» en el segundo título de la saga. Todo se puede encapsular en un mejor diseño de videojuego. El posicionamiento de enemigos vuelve a ser justo, habiendo muy pocas ocasiones en las que nos tenderán una emboscada. Los jefes vuelven a tener esa sensación de grandeza que tenían en la primera entrega. Y la interconexión entre zonas otra vez es coherente.

También vuelven muchísimos aspectos del lore del primer juego. Lodran vuelve a ser tema central, al igual que Gwyn, sus primogénitos y El Abismo. Pero, sin duda, el regreso más comentado es el de Anor Londo. Por esto es que me pregunto: si este título fuera en verdad Dark Souls II, ¿todos estos regresos se considerarían como fanservice? Pues creo que no.

En este mundo, las historias de los juegos previos son esenciales para entender el por qué hacemos lo que nos piden hacer. Y es evidente que, con Miyazaki ausentándose del segundo título, la influencia del primero iba a ser mayor que la de este. Esto se nota un montón, puesto que, a menos que investiguemos un montón, la historias y los personajes de Dark Souls II son mencionados en menor medida.

Mecánicamente el juego sigue estando tan pulido como el anterior, manteniendo varias de las mejoras que este hizo. La buena noticia es que, gracias al mejor diseño de niveles y el posicionamiento de los enemigos, todas estas mejoras se harán sentir mucho más. Hasta los jefes son más sencillos de derrotar gracias al mejor control del personaje, porque ya no vamos a rodar directo hacia sus armas como ocurría en la primera entrega.

Y hablando de jefes: todos vuelven a ser increíbles. Tal como ocurría en la primera entrega, prácticamente todos los enemigos finales tendrán algo épico, un lore muy interesante y darán duras batallas a la hora de enfrentarlo. El mayor cambio respecto a esto (y que en verdad afecta a todos los enemigos) es que, con una clara influencia de Bloodborne, las peleas serán mucho más agresivas que en las entregas anteriores. Los errores se pagarán caro, puesto que los combos de los jefes harán una cantidad inmensa de daño y será imposible librarse de ellos.

Conclusión

Extrañaba un montón jugar a la saga Souls, y no me fui decepcionado a la hora de jugar a la tercera entrega. Pero, a la hora de la verdad, Dark Souls III no me sorprendió en lo absoluto. Es más, provocó algo que no esperaba… me hizo apreciar el intento de aire fresco que fue la segunda entrega (a pesar de todos sus grandes fallos). A pesar de esto, es innegable que esta entrada pule muchísimos aspectos en todos los sentidos jugables, lo que lo hace, a mi parecer, el mejor titulo de los 3.

Pero cuando ya has jugado a las dos entregas anteriores… Dark Souls 3 te seguirá encantando. Porque si algo hace bien esta saga, es enamorar con sus detalles, su mundo y su exigencia. Este título no es la excepción, porque sigue con sus grandes desafíos, con épicos jefes, un lore increíble y la arquitectónica forma de contar la historia. También creo que es el juego que tiene los mejores finales de la trilogía.

Al final, Dark Souls III sigue siendo más de lo mismo. Si te gustaron las entradas previas, te gustará este. Si no te gustaron, veo complicado que ahora sea distinto. Y si no has jugado la franquicia… no sé que haces leyendo, ve y juega a Dark Souls.