Crítica a «Mi vecino Totoro»

Studio Ghibli es sinónimo de calidad y ha quedado demostrado con Mi vecino Totoro, convirtiéndose en una de las películas más emblemáticas del estudio.

Escrito por Felinesio

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La película lanzada en 1988 se ha transformado en una de las más famosas del estudio nipón a nivel mundial 

El Studio Ghibli es probablemente la casa de animación japonesa más conocida, pues sus filmes no solo llegan a los más interesados en el mundo del anime, sino que también a los que no son seguidores de la cultura nipona. Una película realizada por ellos tiene automáticamente un sello de calidad casi insuperable. Mi vecino Totoro no se queda atrás, convirtiéndose en una de las más emblemáticas del estudio.

La película fue estrenada en en Japón el año 1988 bajo el nombre de Tonari no Totoro con la dirección del legendario Hayao Miyazaki. El film rápidamente se transformó en un inapelable éxito, tanto así que la revista Empire la incluyó en el puesto número 41 de la lista de las 100 mejores películas del cine mundial (The 100 Best Films Of World Cinema).

Sin embargo, quedaría preguntarse qué es lo que ha hecho que esta película sea tan aclamada a nivel mundial, por ello es que analizaré los puntos clave del filme que hacen que sin lugar a dudas sea total merecedora de tales reconocimientos.

Una trama simple pero nostálgica y emotiva

La premisa inicial que se nos presenta es bastante sencilla en realidad, se nos muestra al profesor universitario Tatsuo Kusakabe y sus dos hijas, Satsuki y Mei. La familia se encuentra de mudanza a su nuevo hogar, todo esto mientras su madre se está recuperando en el hospital de una Tuberculosis. Cuando Satsuki y Mei exploran el lugar, descubren en el bosque cercano una enorme criatura conocida como Totoro.

Como podemos ver, no hay una trama que sea increíblemente compleja ni mucho menos que contenga grandes giros argumentales a lo largo de esta, sin embargo, Miyasaki logra contar una historia repleta de emociones y valores como la amistad. Pero sin lugar a dudas lo que más se destaca es la nostalgia que se genera hacia nuestra infancia, pues es una película que se vuelca totalmente en darle un significado único a nuestra niñez, donde las hermanas protagonistas aprenderán lo importante que es la familia y esa etapa de sus vidas.

Esto último se da ya que a la hermana mayor, Satsuki, le toca ponerse en el lugar de tratar de ser la adulta responsable encargada de cuidar a su hermana menor, pues su madre está enferma mientras que su padre está demasiado preocupado por su trabajo y de ellas. Esto hará que ella sea algo dura con su hermana de vez en cuando, pero al final entenderá de sus errores gracias a un incidente hacia el final de la película. Todo esto ocurrirá gracias a Totoro, del cual hablaremos en detalle más adelante.

El humor es algo bastante curioso en el largometraje ya que, si bien no suele lanzar bromas como tal, la inocencia y torpeza de unos personajes bien trabajados es lo que hace que nos cause mucha gracia e incluso ternura muchos momentos. Trabajo sin lugar a dudas admirable, pues no es una película particularmente larga (1 hora, 41 minutos), donde en ese corto tiempo logra contar tanto en tan poco tiempo y en una trama tan simple, mas no vacía.

Algo que quisiera destacar es el sutil mensaje que deja el director; el como se nos dice indirectamente que a Totoro solo lo pueden ver los niños, pues los padres, si bien, no son capaces de verlo, ellos entienden que sus hijos sí lo hacen. Esto hace que Hayao Miyazaki cumpla de mejor manera su propósito de dar a entender que la infancia es un momento inolvidable y que se debe vivir al máximo.

Los personajes son buenos, pero Totoro se roba el show

Sin lugar a dudas le podemos agarrar mucho cariño a las hermanas, tener simpatía con el padre por su preocupación hacia sus hijas e incluso sentir impotencia por la condición en la que se encuentra la madre. Pero el espíritu del bosque, Totoro, eclipsa a todos los personajes.

Esto último es algo bastante difícil de conseguir, pues no dice ninguna palabra en toda la película y no aparece más allá de 15 minutos en total en ella, pero su diseño es algo bastante novedoso que hace que sea inolvidable. Si a ello le sumamos su amigable personalidad en la que ayuda constantemente a las niñas y les hace vivir experiencias hermosas junto a la naturaleza, nos dejan probablemente al personaje más memorable de todas las películas del estudio, por no decir de cualquier animación japonesa.

Primera aparición de Totoro en el filme

Primera aparición de Totoro en el filme

La banda sonora y la animación son excelentes

Seamos sinceros, probablemente no existe película de Studio Ghibli que no tenga una buena animación, pero es increíble como a pesar de que han pasado más de 30 años desde su estreno, pareciera que es un largometraje salido en pleno 2019. El dibujo es brillante y no deja ningún detalle al azar, lo que hace que las escenas sean completamente alucinantes y llenas de fluidez.

Si a la excelentísima visual que posee le sumamos la banda sonora, empezamos a entender el porqué del éxito del filme. Joe Hisaishi es el encargado de la música, donde el tema principal destaca por sobre el resto por su pegajosa letra—en la cual Totoro es protagonista para variar— y encantador ritmo. Algo que hoy en día no nos sorprendería tanto, pues el señor Hisaishi ha participado en otras grandes producciones del estudio como La princesa Mononoke (Mononoke Hime) y El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro no kamikakushi), obteniendo iguales e incluso superiores resultados en cuanto a su calidad musical. 

Un éxito totalmente justificado

Personajes entrañables, una trama ligera y llena de valor, banda sonora de lujo y una animación excelente. ¿Qué más se puede pedir? Quizá no sea el mejor trabajo de la casa de animación, pero sin lugar a dudas es una gran película la cual a más de alguno le sacará varias sonrisas e incluso enamorará con sus bellos y memorables momentos. Un filme que sin lugar a dudas hay que ver, te guste o no el mundo de la animación japonesa.

La escena más memorable y conocida de toda la película