Crítica a El Rey León (2019): Un desabrido remake con un CGI de otro mundo

La película animada original califica sin dudas como una de las mejores de la historia del cine ¿Estará su sucesora a la altura de tal título?

Escrito por Felinesio

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En un año plagado de live actions llegó finalmente el remake de una de las mejores películas de Disney, El Rey León.

Vaya año nos ha estado dando Disney, luego del  éxito del live action de Dumbo y Aladdin, llegó a nuestros cines el pasado 18 de julio la versión renovada de El Rey León. La película animada original califica sin dudas como una de las mejores de la historia del cine, entonces ¿estará su sucesora a la altura de tal título? Para descubrir esto analizaremos la versión del 2019 con inevitables comparaciones a la obra maestra de 1994, por lo que técnicamente estará llena de spoilers de la película, pero si a estas alturas no has visto El Rey León (La original) algo estas haciendo mal… ¡Ve a verla ya!

El CGI es espectacular

Me gustaría comenzar por lo bueno que tiene está película, y es el apartado visual que acompaña a todo el film. Y sí, esta película está hecha en un 99,9% por computadora, con unos acabados alucinantes, cada animal y escenario que aparece en la película parece como si fuera real. 

Sin lugar a dudas todos estos acabados son resultado de un gran esfuerzo de los encargados del CGI, es de otro mundo lo que han logrado. El realismo plasmado en los detalles y los paisajes hacen que realmente pareciera como si Disney hubiera contratado animales y les hubiese enseñado a hablar (probablemente eso hubiera sido más fácil que hacer todo ese CGI).

Por lo que si hay que quedarse con algo de esta película es todo su apartado visual, que no solo cumple con no decepcionar, sino que se transforma en la viva muestra de hasta donde han avanzado las tecnologías de efectos creados por computadoras. No hay duda de que se instala como una de las películas con mejor CGI de la historia. 

No existe innovación alguna en la historia

Los problemas comienzan cuando el CGI es de lo poco bueno que realmente tiene la película. Comenzando por la historia, se entiende que existe un cierto hilo conductor por el cual es muy difícil desviarse y crear nuevas escenas. Pero eso no es ningún justificativo para copiar cada escena y plano de la película de 1994. Tomemos de ejemplo al live action de El Libro de la Selva, sin dudas es una película que supo como cambiar algunas cosas de la versión animada convirtiéndose en un largometraje incluso más atractivo que la original.

Lamentablemente en El Rey León no es el caso, siento que sin dudas se debió haber pasado por un proceso creativo más extenso antes de lanzarse a hacer una película plano a plano. Ahora bien, por supuesto que la película sigue emocionando tal cual lo hacia la animada, la muerte de Mufasa es un momento memorable y que en la versión del 2019 sigue sacando lagrimas. Sin embargo, el problema es que uno se emociona porque recuerda la película original. Yo entré al cine con ganas de ver el live action y salí con ganas de ver la de 1994, sin duda porque sentía que algo le faltaba a esta versión moderna.

Este problema se repite durante toda la película, es como si se le hubiese puesto una máscara a la película original, por lo que uno no se emociona por lo que está viendo como tal, uno se emociona y le da nostalgia recordar los momentos de la película animada, lo que te hace decir «Quiten esto y pongan la original».

El CGI es un arma de doble filo

Si bien al comienzo alabé como nunca a el apartado visual de la película, existe un serio problema con este mismo que va muy ligado al problema de la historia: la nula expresión de los personajes. Esto es algo más bien inevitable, pues al tener un exceso de realismo no podemos ver a un Simba tan expresivo ni a un Timon y Pumba estéticamente atrayentes. Esto hace que pierdan mucha fuerza los momentos clave de la película, véase los momentos musicales, la muerte de Mufasa o el retorno de Simba a su hogar y la gran batalla contra Scar.

Entonces el problema es obvio, un exceso de realismo genera muy poca expresión en los animales. Cuando falta esto nos acordamos de lo buena que era la versión de 1994 y quedamos con gusto a poco.

Hanz Zimmer y las voces salvan el show

Apelando nuevamente a la nostalgia, algo que definitivamente no debía cambiarse eran las canciones originales compuestas por Hanz Zimmer. Y aquí hay un fiel ejemplo de lo que comentaba en un principio: agregar sin estropear. La banda sonora de esta película toma las canciones originales y las remasteriza sin perder su esencia e incluso agrega nuevas canciones que elevan aun más el sountrack. La verdad es que la canción de Beyoncé es muy buena y calza perfectamente con toda la película.

Por otro lado, las voces que dan vida a los personajes cumplen en la mayoría de los casos, por lo que todas son bastante agradables y están a la altura de la situación. Pero me gustaría destacar el trabajo de Chiwetel Ejiofor, el actor de voz de Scar, el cual funciona muy bien con su personaje y diría que es el que mejor trabajo hizo con la voces. Agregar que Timon y Pumba se roban el show, siguen haciendo reír como antaño. 

Concluyendo entonces, tenemos una nueva versión de El Rey León que realmente nos sirve como recordatorio de lo buena que es la original y nos hace valorarla aun más. El CGI es de lo mejor que he visto en mucho tiempo, pero a su vez debilita un poco las emociones que esta película nos pueda generar, pues todas ellas provienen de la película de 1994 y no de la nueva.

Quizá esto sirva como ejemplo de que hay algunas películas que no hay mucho más que hacerles, no se puede mejorar nada en El Rey León , pues ya es perfecta. Lamentablemente no se intentó agregar algo nuevo a la historia, lo que le quita muchos puntos a la película. En resumen, una adaptación decente que está lejos de ser lo que era la original.