Batman Extrañas Apariciones

No hay ninguna duda de que Batman es un personaje clave del cómic norteamericano, incluso algunos podrían aventurarse a decir que es el más importante de todos.

A través de su larga historia editorial, Batman ha gozado de los mejores y más laureados equipos creativos, con obras mundialmente conocidas y que a menudo son catalogadas como las mejores del género.

Mucho se ha hablado de Batman Año Uno, DKR, La broma asesina, El Largo Halloween, entre tantas otras. Sin embargo, no se debe olvidar al otro Batman, aquel murciélago anterior a la Crisis en Tierras Infinitas, ese detective solitario y atormentado con más falencias y debilidades que el actual, y que no pasaba por su mejor momento.

De esta etapa pre crisis, analizaremos una que en su momento fue conocida como el «Batman definitivo”, la mítica y breve etapa de Steve Englehart y Marshall Rogers, que fue editada hace unos meses en Chile por Salvat bajo el nombre Extrañas Apariciones.

Una historia breve, pero sin frenos

El relato está conformado por historias cortas de uno o dos números, unidas por un hilo común centrado en el mafioso Rupert Thorne, que es quien dirige el concejo de Gotham y desea la caída del vigilante nocturno.

Cada una de estas historias cuenta con un villano diferente, reintroduciendo a algunos que llevaban décadas sin aparecer en la serie. Es así como Batman debe hacer frente a villanos como el Dr. Fósforo, Hugo Strange, el Pingüino, Deadshot, el Joker y Clayface.

Cada una de estas historias tiene enfoques distintos, con algunas más centradas en el lado detectivesco de Batman y otras en la acción. Por otra parte, la calidad de las historias varía entre una y otra, con algunas a muy buen nivel que concentran el corazón de la trama (como la de Strange y la de Joker) y otras menos profundas al ser números de transición (como la del Pingüino y la de Deadshot).

El equipo creativo

El guión estuvo a cargo de Steve Englehart y el dibujo a cargo de Marshall Rogers, sin embargo, este equipo creativo solo coincidió en los 6 números centrales de la historia. Los primeros dos números fueron dibujados por Walt Simonson, y los dos últimos fueron guionizados por Len Wein.

Englehart logró una historia atrapante, que se profundiza con el pasar de los números al ir uniendo las historias de manera sutil, que sin dejar de ser autoconclusivas, se unen por pequeñas escenas que se retoman más adelante.

La historia está llena de buenas ideas: apariciones espectrales, asesinatos en serie, enfermedades desconocidas, misteriosas subastas, lo que, sumado a la aparición de tantos villanos, tienen por resultado una obra dinámica, interesante y entretenida.

Es así como se muestran escenas espectaculares y míticas, como la del Joker infectando a los peces de Gotham para que tengan su rostro y de este modo obtener copyright sobre todos los productos de mar en la ciudad; o el reencuentro de Batman y Robin, con una emotiva escena de juegos entre ambos como buenos amigos.

El desarrollo de los personajes también es muy bueno. Un Batman atormentado pero que se abre a la posibilidad del amor; villanos con caracterizaciones geniales, sobre todo el Joker, con una versión más sarcástica, bromista e impredecible que otorga mucha frescura a la historia.

El nuevo interés romántico de Bruce Wayne, Silver St. Cloud es un personaje profundo e interesante, con una personalidad decidida y muy inteligente, que hace empatizar rápidamente con ella y conectar con su difícil relación con Wayne.

El arte de Marshall Rogers también se lleva los aplausos. Juega muy bien con las luces y sombras, su diseño de Batman y el Joker son espectaculares, las escenas de lluvia están muy bien dibujadas y dota de gran dinamismo a cada pelea y escena que lo necesite.

Rogers nos dio un murciélago que merodea entre los edificios de Gotham, rodeado de luces y sombras que dan un toque oscuro al personaje. Y si se compara con Simonson que dibuja los dos primeros números, la diferencia es tremenda.

Valoración

Estamos frente a una obra muy interesante, con una trama y una estructura que se acerca a las actuales, pero con elementos muy característicos de cómics pre crisis, como monóculos láser o peces sonrientes, que se extrañan en las historias actuales, limitadas por el realismo y, quizás, menos entregadas a la imaginación.

Además, se nos entrega una de las historias más clásicas del Joker y que tiene un gran nivel: Los peces burlones.

Una etapa que tiene grandes méritos para ser considerada “el Batman definitivo”, pese a las grandes historias que le sucedieron, con un aporte a la mitología del murciélago y un estilo que se extraña en estos días.