«Alguien camina sobre tu tumba»: Mariana Enríquez v/s la muerte

Alguien camina sobre tu tumba, publicado por editorial Montacerdos y escrito por la argentina Mariana Enríquez, es un paseo no tan solo por los llamados “camposantos”, sino también, a una vida dedicada al conocimiento de estos históricos lugares. Los cementerios, como lugares comunes, abarcan un amplio abanico de emociones, la autora ofrece un verdadero tour, uno que es imposible rechazar.

La vida y sus temores

Pensar en un cementerio deviene para la mayoría de la gente en dolor, miedo, e inclusive, desesperación. Es que uno de los misterios más grandes de la vida para los humanos es la muerte.

La creación de teorías con respecto al destino del alma (para el creyente) o la inevitabilidad de la inexistencia sin mayores reparos (para quien desiste de creer), han catalizado esfuerzos y explicaciones que tratan de buscar soluciones y aproximaciones, pero estas aún no han sido plenamente satisfactorias.

En su ensayo de 1987, La soledad de los moribundos, Norbert Elías estudiaba la problemática de la muerte para el ser humano. En el texto, Elías describe la angustia del conocimiento de la muerte para la especie y cómo esta ha tratado por diversos medios de evitar este fatídico hecho, aunque claro, no con mucha suerte.

Conclusión: la muerte es parte de la vida, pero la persona busca por todos los medios evitar su contacto y la implacable verdad: Todos nacemos para morir.

La muerte y la palabra

En Alguien camina sobre tu tumba, Mariana Enríquez no propone problemas o teorías complejas, sino más bien, instala sobre la mesa una batería de relatos con perspectivas basadas en la estética, experiencias personales, la historia, la tradición oral, la música, la violencia, en fin, Enríquez enseña puntos de vista.

Alejada de la academia cuadriculada, Enríquez escribe con agilidad sobre cada una de sus incursiones en cementerios de gran parte del mundo: Australia, Argentina, Estados Unidos, México, Francia, Italia, Perú, Cuba y Alemania, son los escenarios de los 17 capítulos que nos invitan a conocer, con la óptica de la admiración, lo que la mayor parte de la sociedad teme y evita.

La estructura del libro es muy atractiva, sus capítulos están llenos de amor y admiración por los terrenos que visita y están conformados de tal manera, que sus lecturas son atrapantes y transmiten un posible deseo de la autora por compartir los sentimientos que emanan de su ser cada vez que observa hasta el más mínimo detalle en sus incursiones.

¿Qué puedes esperar de Alguien camina sobre tu tumba?

Leer “Alguien camina sobre tu tumba”, es un ejercicio grato, que lleva al lector a viajar, no solo geográficamente, sino también temporalmente. Los detalles históricos que la autora cita, se entremezclan con opiniones personales hacia los lugares que visita y, por supuesto, también hacia las personas que acompañan sus travesías.

Es gracias a este ejercicio que el lector de Enríquez pasa a ser un verdadero acompañante de la amiga que goza una actividad aunque esta no sea del todo “aceptada”.

Otro “imán” que tiene el libro es que la autora no escatima recursos para hacernos cómplices de sus osadías. La intención no es “spoilear”, pero el lector no puede escapar de las actividades que Enríquez dice que hizo en los cementerios.

Los cementerios, vistos por la mayoría de la gente como “tenebrosos” terrenos, son lugares en que realmente hay más vida de lo aparente; sus recovecos tienen ojos y oídos, pero estos son incapaces de perseguir a los “infractores” y a quienes cometen actos que socialmente no serían bien recibidos (en pocas palabras, delitos).

Los cementerios son construcciones en que es posible hacer y deshacer, ser un ángel o un demonio.

La necrópolis es sinónimo de libertad para el que ingresa y recorre sus rincones. Solo la consciencia provoca sufrir una mala pasada, aún así, hay formas de zafar, tal como muchas veces se evita a la muerte.

¿Te visitará la muerte?

Alguien camina sobre tu tumba, es un libro capaz de penetrar mentalmente al lector ya que lo obliga a pensar en cómo un lugar tan típico puede ser poco valorado por las aprensiones sociales. En sí, Enríquez se pone la capa de heroína y rescata el encanto de la necrópolis así como sus horrores y misterios.

Mariana Enríquez no juzga, es una mujer con corazón aventurero que decidió inmiscuirse a fondo en una de sus actividades favoritas y comparte con todos sus conclusiones sobre un gozo que pocos toleran y prácticamente, a la mayoría les hace sentir incómodos.

¿Una mujer a la que le gustan los cementerios?

Más que eso.

Una escritora que vive su pasión.

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